10 febrero 2017

EL PRECIO DE PERDER OPORTUNIDADES

De la lucha contra la debilidad endémica, a la lucha contra depredadores y oportunistas



Carlos Rodrigo Zapata C.


Cada día se hace más evidente lo que hace ya tiempo se perfilaba con claridad: las condiciones económicas que permitieron reducir la miseria y la pobreza extrema en nuestro país durante los años pasados, no son sostenibles. 

Sin cambios profundos en la matriz productiva tampoco será posible elevar el ingreso nacional de modo continuo.

Un simple análisis de los factores que permiten un crecimiento modesto, muestra que depende de los mercados externos, sea por los precios existentes y/o por los volúmenes que demanda, y del crecimiento poblacional.


Al presente el crecimiento poblacional continúa, aunque atenuado, y los mercados externos ya perdieron su magia de la década pasada, única y excepcional en toda nuestra historia, pero infamemente aprovechada.

Ahora ya nos hallamos plenamente instalados en lo que se llama la "trampa de los países de ingresos medios", situación que suele darse cuando los países alcanzan unos ciertos niveles de ingreso, aunque mucho mayores que los que hemos alcanzado, y consiste en la aparición de múltiples restricciones en diversos ámbitos de la economía como para continuar creciendo. 

Los bajos niveles de educación, investigación, innovaciones e incorporación de tecnología, la ausencia de políticas universitarias que coadyuven en estos procesos y los problemas derivados del clima de inversiones, justicia, derechos propietarios y otras múltiples limitaciones, son los factores que usualmente explican dicha "trampa" [al final, se pueden ver algunos links sobre la "trampa de los países de ingresos medios"].

No obstante, existen otros factores que agravan aún más este escenario en el caso boliviano. Se trata del hecho que ca. el 80% de la economía es informal y vive en buena parte de actividades no sostenibles, no viables, que deben ser reemplazadas prontamente por empleos dignos, viables y sostenibles. Es el caso de las actividades ligadas al contrabando, la piratería, el narcotráfico, incluso el comercio callejero sometido a interminables jornadas diarias, la evasión impositiva, el no cumplimiento de toda clase de leyes laborales, sociales, incluso el no pago de salario mínimo, etc. 

Ello significa que ni vale la pena intentar mejorar la "competitividad" de estas "industrias" y que tampoco es recomendable incrementar el empleo en estas actividades, puesto que no son base sostenible para nada. 

Dicho escenario es a su vez muy propicio para la aplicación de otras "trampas", como la llamada “trampa de endeudamiento” que aplicarían los chinos como instrumento de su diplomacia, como forma de someter a los países en los que tienen intereses estratégicos. Pero esta es una más de las maniobras a las que nos hallamos expuestos por nuestra debilidad congénita, la cual suele ser la condición más aprovechada por todo tipo de organizaciones -legales e ilegales- para aplicar toda clase de presiones y chantajes.

Con la debilidad estructural que tenemos, es como si un ratón se hubiera acomodado por sí mismo en una de esas trampas con las que se suele cazarlos. 

El escenario de retroceso que se presenta es por todo ello más patético aún que el que podía vislumbrarse tiempo atrás. Antes parecía que solo nuestra debilidad endémica sería nuestro reto y desafío. Ahora se puede anticipar que también serán todas esas fuerzas interesadas en aprovecharse de nuestra debilidad. 

Perder cualquier oportunidad siempre es torpe y costoso, pero perder fabulosas oportunidades en condiciones de debilidad congénita, no solo es muestra de gran torpeza e incapacidad, sino que llega a constituirse en un atentado grave contra el futuro mismo de la comunidad perjudicada.



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[2015]
SUPERACIÓN DE LA EXTREMA POBREZA: ¿HEMOS GENERADO LAS CONDICIONES REQUERIDAS PARA PRESERVAR LO ALCANZADO?

La respuesta es claramente NO, porque superar la extrema pobreza de modo estable no depende de políticas coyunturalistas, basadas en altísimos precios internacionales de las materias primas, sino de políticas sólidas de inversión, formación, producción, etc. ¿Las tenemos? Ni se las avizora.

Ergo, el retroceso está programado, también por el hecho que las inversiones intensivas en capital en el sector extractivista centrado en la explotación de materias primas no renovables, no demanda gran cantidad de mano de obra, ni genera grandes efectos multiplicadores, simplemente porque se trata de una economía de enclave, escasamente vinculada con la matriz productiva existente, por lo que depende de exportaciones y por tanto, de otros mercados y de lógicas ajenas o alejadas a nuestro propio aparato productivo.

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Recuerdos del presente

La clase “vulnerable”

Humberto Vacaflor


Un estudio hecho por el experto Oscar Calvo González, del Banco Mundial, plantea un tema preocupante: ¿los sectores sociales que dejaron la pobreza en la pasada bonanza de precios, volverán ahora a ser pobres?
Quizá inspirado en Víctor Hugo, el autor ha creado para este sector social la definición de “los vulnerables”, porque, con la caída de los precios de las materias primas, están ahora en el riesgo de volver a la condición que acaban de dejar.
Lo que dice el autor, y es una revelación para muchos bolivianos seguramente, es que los extraordinariamente altos precios de las materias primas de los últimos años hicieron que muchos latinoamericanos dejen la condición de pobres, incluidos los bolivianos.
O sea que nadie tendría que hacer propaganda por ese fenómeno económico que se presentó en toda la región sólo por los altos precios generados por la descomunal demanda china, una demanda que no se volverá a presentar.
En efecto, otro estudio, esta vez hecho por Salvatore Babone, y publicado por Foreign Affairs, dice que, en realidad, ante los ojos de expertos independientes, ajenos a la propaganda del partido comunista chino, ahora la China tendrá una tasa de crecimiento de 3%. Nada más.
Y se ha advertido ya que la nueva demanda de China, que surgirá de la clase media de ese país, crecida en 200 millones de personas, será diferente de la anterior, pues será de productos elaborados, ya no de materias primas.
Ahí podría estar la clave para responder al experto Calvo González: los sectores sociales “vulnerables” podrían mantenerse muy cerca de tener ingresos iguales a la clase media solamente si en sus países surgieran empleos generados por la industria.
En términos monetarios, según el experto, los “vulnerables” son personas que ganan entre US$ 4 y US$ 10 por día, comparados con los ingresos de entre US$ 10 y US$ 50 de la clase media (definido en dólares del 2005). También conforman hoy en día el grupo socioeconómico más grande de la región: para 2013 representaban 38% de los latinoamericanos, mientras que los pobres representaban 24% por y la clase media 35%.
Los políticos tienen un problema. Deben definir, con urgencia, qué se debe ofrecer a ese 38% de los latinoamericanos, es decir a los “vulnerables”. ¿Más empresas estatales ineficientes o quizá condiciones para que surjan empresas del sector industrial?

Vacaflor.obolog.com

http://www.eldiario.net/noticias/2016/2016_02/nt160207/opinion.php?n=30&-la-clase-vulnerable



Links relativos a "la trampa de los ingresos medios":

http://economia.elpais.com/economia/2014/11/24/actualidad/1416853376_887581.html

http://www.cieplan.org/media/publicaciones/archivos/308/Libro_Digital_La_trampa_del_ingreso_medio.pdf

http://www.eldiario.es/agendapublica/blog/trampa-ingresos-medios_6_109599046.html