01 julio 2020

ENTRE OLIGARQUÍA Y AUTOCRACIA: LA HORA CERO DE NUESTRO DESTINO


Carlos Rodrigo Zapata C.


Vamos por muy mal camino. No se ha entendido ni jota de nuestra problemática. Por azar del destino, la casi peor opción política se hizo con el poder mediante el gobierno transitorio y ahora intenta implementar su plan retrógrado que se halla a años luz de los requerimientos del país. 

La primera renta proveniente de la depredación es la madera, millones de m3

Se pretende proseguir por la vía extractivista depredadora. No hay un atisbo orientado a la sostenibilidad. Se sigue apuntando a la ampliación de la frontera agrícola, se da vía libre a los transgénicos y sus paquetes de insumos portadores de cáncer. Se cambia los planes de uso del suelo a discreción, como si ello fuera a cambiar la naturaleza de los recursos disponibles. Los planes que apuntan a una reactivación económica vienen sellados y lacrados por la oligarquía que pretende perpetuarse a costa de hacer caso omiso al pueblo, tan dueño y propietario de los recursos del país como ellos mismos.


Bolivia no aspira a liberarse de Escyla para caer en las garras de Caribdis. Ni la vía extractivista ni la despilfarradora, ni la que quiere destinar el patrimonio agrícola de Bolivia a sus negocios agroexportadores, ni la que se desentiende del respeto a la naturaleza y las leyes y fomenta el narcotráfico. Ambas formas de desastre, ambas versiones son aborrecibles y despreciables, son inviables, insensatas e insostenibles. No son base de ningún futuro. Son un atentado contra la misma nación boliviana y sus posibilidades de continuidad. 

La nota que adjunto a continuación es de mayo del año pasado y se refiere a otro de los grandes problemas que arrastra Bolivia, el sector informal urbano, que muchos prefieren verlo como simple producto de un Estado burocrático, interventor, empeñado en obstaculizar la libre manifestación de las fuerzas productivas. Ojala esa fuera la causa principal. Está también muy lejos de serlo.

La razón principal tiene que ver con el inmenso acaparamiento históricamente acaecido de recursos, propiedades y riquezas por parte de un pequeño segmento de la sociedad y con su incapacidad de aprovechar ese torrente de recursos y riqueza en la producción diversificada, en la creación de puestos de trabajo, en la creación de unas bases sostenibles para el desarrollo. 

Hasta para plantar caña se recurrre a la deforestación en  suelos de mala calidad


El resultado es que esa vía inviable rumbo al extractivismo depredador además es incapaz de crear empleos productivos para todos por su carácter de enclave, lo que deja a la mayor parte de la población boliviana librada a su suerte, es decir, obligada a inventarse puestos de trabajo de todo tipo sin tener acceso a recursos, respetando leyes o no, ligándose al narcotráfico y la criminalidad o no, como si fueran opciones perfectamente intercambiables y de igual valor. 

En suma, seguimos dando vueltas a un mundo caduco, retrógrado y anquilosado, incapaz de dar respuesta a nuestras demandas y requerimientos, llegando no pocos conciudadanos al extremo de ver al partido del usurpador de nuestros derechos y libertades, que ha hecho escarnio de nuestro precario orden y sus instituciones, como a un posible salvador.  

Es urgente detener esta maquinaria de autodestrucción. Estamos en  la hora cero de nuestro destino, entre oligarquía y autocracia, los monstruos de nuestra propia creación, por acción u omisión. Sin virar ya, sin comprometernos seriamente con una verdadera transformación de nuestros horizontes y perspectivas, vamos al desastre total. Lo que no entendimos en decenas de años toca hacerlo ahora en cuestión de meses. El tiempo apremia.

 

 

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FMI: Bolivia tiene la mayor economía informal del planeta
EL CRECIMIENTO ECONÓMICO GENERADO POR EL "PROCESO DE CAMBIO" PRODUCE CADA VEZ MÁS PRECARIEDAD Y MISERIA


Carlos Rodrigo Zapata C.

Una de las bases del proceso de crecimiento más inviable e insostenible que debe existir en el planeta, es decir, el que se viene dando en Bolivia, es el llamado sector informal. Existen muchas otras bases como ser el extractivismo, las coyunturas fortuitas de los precios internacionales, el uso del PIB para registrar lo que conviene y omitir lo inconveniente, la inmensa tolerancia y pasividad de nuestra población, etc., pero a continuación me referiré solamente al sector informal.


Una "pastora urbana" (una trabajadora en el sector informal), cargando sus aperos de subsistencia.



Más allá de las características y rasgos que presenta el sector informal actualmente, es crucial discutir las causas que lo han generado, ya que de otro modo seguiremos dando vueltas ante este monstruo de mil cabezas que hemos engendrado en nuestro país. 

Está claro que existen muchas causas que han contribuido a su creación y continuo crecimiento, que algunas de ellas provienen de nuestro más remoto pasado, otras de periodos posteriores y otras son de factura actual.

Las de origen más antiguo tienen mucho que ver con el periodo colonial, tiempo en que se liquidaron las bases de las economías andinas, que fueron funcionalizadas para imponer un patrón extractivista dirigido a atender las necesidades del centro del sistema-mundo capitalista, por entonces en pleno proceso de formación. 

Posteriormente la irrupción misma del capitalismo en nuestras latitudes consistió en la transferencia de una serie de rasgos propios de este modo de producción, pero sin haber tomado en cuenta ni asumido una serie de otras características y patrones cruciales. 

Aquí se difundió rápidamente la idea de la apropiación de los medios de producción y su concentración en pocas manos, pero no la responsabilidad y el deber de esas capas propietarias de crear empleo suficiente y digno para la fuerza de trabajo, todo lo cual nos ha deparado el peor capitalismo imaginable, porque no solo era y sigue siendo acaparador y concentrador de los medios de producción, sino además explotador y depredador, y encima de todo ello incapaz de generar oportunidades de trabajo para la población trabajadora, de introducir innovaciones, de mejorar la productividad, de diversificar el aparato productivo, de proponer políticas serias capaces de coadyuvar a cumplir con dichas misiones, etc.

El resultado es muy evidente: ante esa combinación de elementos acondicionadores de nuestro marco histórico de posibilidades -colonialismo y capitalismo estéril y expoliador- que ha configurado y estructurado profundamente nuestro sistema económico, a la gran mayoría de la población solo le ha quedado ver la manera de inventarse formas de subsistencia con muy escasos medios de producción a su disposición o ninguno. De ese modo la creciente heterogeneidad estructural –esa coexistencia de tecnologías provenientes de todas las épocas pasadas y de productividades muy distintasse convirtió en nuestro acompañante histórico, uno de cuyos resultados y productos más notables es el sector informal.

Los intentos del Estado por controlar diversos desbordes se fueron convirtiendo a su vez en otro factor más no el más importante, pero significativoque ha entorpecido y bloqueado diversas iniciativas, alentado el burocratismo y contribuido a hacer imposible todo atisbo de organización e institucionalización viable y sostenible de la economía nacional. 

A ello se ha agregado la completa indiferencia del actual gobierno que pese a haber contado con el mayor excedente económico que hemos tenido a nuestra disposición en toda nuestra historia -como producto del súper ciclo de las materias primas que al cabo de más de una década aún hoy perdura aunque en forma más atenuada-, ha ignorado olímpicamente al sector informal, incapaz de proponer e inducir una diversidad de cambios que contribuyan a superar su continuo deterioro y precarización. 

Hemos llegado al extremo en que el sector informal vive al presente:

■ de un conjunto de actividades, algunas pocas prometedoras, pero la gran mayoría sumamente precarias, intensivas en mano de obra con un contenido tecnológico incipiente, aunque todavía legales y viables;
■ de diversas actividades ilegales e insostenibles relacionadas con el contrabando, la piratería, el narcotráfico y
■ de una gran gama de prebendas y favores del Estado, porque ello permite acceder a algunos insumos y recursos indispensables para la subsistencia, pero al gobierno le garantiza una clientela y un prolífico respaldo político (basta pensar en cocaleros y cooperativistas mineros para hacerse una idea de lo que todo ello significa).

De este modo hemos producido este monstruo de mil cabezas llamado sector informal que al mismo tiempo tiene la virtud de:

■ encubrir nuestros yerros y falencias histórico-estructurales,
■ no cuestionar las bases y fundamentos del capitalismo desastroso que se ha instalado en nuestro país,
■ inventarse la gama más fantástica e inverosímil de formas de subsistencia, y encima de todo ello,
■ producir una clientela incondicional, eternamente agradecida por los diversos favores y prebendas que recibe del Estado. 

Dicho de otro modo: con todo ello hemos construido la maquinaria más nefasta de producción y reproducción creciente de miseria.

Por ello y mucho más es crucial cambiar de gobierno, reemplazar el actual “proceso de cambio” que sepulta hasta las ilusiones más elementales, por un esquema de gobierno que se atreva a revolucionar las fuerzas productivas y las relaciones de producción, a superar nuestros vetustos y anquilosados modos de subsistencia, a darles oportunidades a los ciudadanos y no a mantenerlos en la sumisión y el estancamiento. Sin ello estamos condenados a seguir repitiendo la historia, a quedarnos anquilosados en el pasado y a disponernos a atender ya pronto las órdenes de capataces rusos y chinos. 

Estas reflexiones son producto de la profunda preocupación e indignación existentes en el país. Por supuesto que apenas son una introducción a nuestra problemática, pero surgen del intento de poner en el centro de atención las causas de nuestra miseria. Basta de hablar de manifestaciones, apariencias o rasgos superficiales de nuestras realidades. Es tiempo de hablar de causas y raíces, de las razones más profundas que subyacen a nuestra debacle nacional. 


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ARTÍCULO: 
La informalidad laboral crece con rostro joven y de mujer. Carla A. Hannover V. Periodista



 [Publicado el 26 de mayo de 2019 en Facebook]