Sumándose a la carrera electoral 2020
Carlos Rodrigo Zapata C.
En su afán de lanzarse nuevamente a la arena política, Tuto Quiroga, ex presidente de Bolivia, ha puesto en consideración de la opinión pública nacional una suerte de esbozo de lo que vendría a ser el programa de gobierno de algún frente político aún no identificado en que él participaría.
Tuto muestra un afán por implantar una visión, a la
que llama el Corazón Verde Digital, que incluye diversos aspectos
combinando tres aspectos significativos: la ubicación geográfica de
Bolivia, la necesidad de un desarrollo sostenible y la incursión de
Bolivia en la era de la información, la inteligencia artificial y la
producción de energías limpias.
A su vez el núcleo de esa visión
se halla en el litio, en su industrialización y primordialmente en la
producción de baterías para todos los usos imaginables, un enfoque en el
que el régimen Morales fracasó estrepitosamente.
Su visión es
planteada por Tuto de modo sintético del siguiente modo: “Debemos
recuperar el tiempo perdido, para proyectarnos hacia nuestro tercer
siglo republicano con una visión clara: la Bolivia 2025 deber ser el
Corazón Verde Digital de Sudamérica; con industrialización, producción y
con una PITITA como propiedad ciudadana popular; una Bolivia con
seguridad y justicia, sin narcotráfico ni corrupción; una Bolivia con
salud para todos y educación de calidad hasta titularse en universidad;
una Bolivia con proyección internacional como bastión democrático, digna
y soberana, y nunca más como integrante del cartel regional de
tiranos.”
Esta sería la respuesta o solución central a la
problemática nacional, cuando menos, su núcleo o corazón. El problema
sería “recuperar el tiempo perdido” durante el régimen anterior, puesto
que por acción u omisión todos los males identificados del país parecen
provenir de esos 14 años pasados.
A partir de estos elementos
muy escuetos pueden advertirse las principales debilidades de esta
propuesta. La problemática del país es reducida a una disputa con el
régimen anterior. No existe ningún intento por formular un diagnóstico
más amplio que incluya los inveterados problemas del país, así como sus
causas y fundamentos.
Dicho en breve, el planteamiento de Tuto
se reduce a una disputa contra el legado básicamente pernicioso del
régimen Morales. Curiosamente, términos tales como informalidad,
extractivismo, depredación, Chiquitania, no aparecen en su propuesta,
menos una explicación de las causas por las que surge, por ejemplo, el
sector informal o por qué el cultivo de coca ha adquirido tal poder,
asuntos que de igual forma han sido soslayados durante la gestión
Morales. En pocas palabras: no existe la identificación de los problemas
fundamentales del país, menos las respuestas o soluciones que se
requeriría.
La visión planteada centrada en el litio resulta sin
duda prometedora, por el hecho que Bolivia tiene grandes yacimientos,
aún sin explotar, porque Bolivia no dispone de la tecnológica
indispensable para hacerlo. Durante más de 12 años del régimen Morales
se intentó avanzar en esta materia sin éxito, llegando al extremo de
entregar el litio a una empresa alemana que no habría dado ninguna
muestra de capacidad para desarrollar esa tecnología o facilitarle a
Bolivia el acceso a la misma, volviendo a nuestro rol tradicional de
proveedores de materia prima, sin ninguna perspectiva de ir más allá.
El problema de la propuesta es que no nos dice nada sobre los
obstáculos existentes y cómo se los superarían para convertir a Bolivia
“en la capital mundial de las baterías de litio”. Casi está demás decir
que ese enfoque, aún en caso que sea realizable en los próximos 5 años,
no toca a la mayor parte de la economía nacional, no influye sobre el
sector informal o significativamente sobre el empleo.
Dicho en
breve, como estrategia de Estado a desarrollar en los próximos 10 a 20
años, para sentar las bases fundamentales que lo hagan posible, sin duda
que es interesante, pero no en los plazos mencionados, ni con el acento
brindado, ya que la problemática del país permanece prácticamente
inalterada, intocada con esos alcances.
El planteamiento de Tuto
no se queda en el litio, sino que incluye varios otros aspectos, en
particular la generación de energías limpias (entre las que señala los
biocombustibles, el gas, la energía hidroeléctrica). “Debemos hacer de
nuestro país un mega-Canal de Panamá terrestre, conector bioceánico,
para que la producción de nuestro país y la de los vecinos se integre a
través de Bolivia” y “Bolivia debe ser la bisagra de integración entre
dos colosos globales: China y Brasil, que son la segunda y novena
economías del planeta.”
Buenas intenciones, pero muy escaso
análisis sobre las causas y razones por las que casi todas las
iniciativas de integración regional están “gambeteando” a Bolivia,
pasándola por el norte y por el sur, como si los vecinos se hubieran
propuesto ignorar el “corazón” sudamericano.
¿Cuáles son las
razones para que ello ocurra, todo se debe únicamente a la desastrosa
administración del régimen Morales o hay otras causas y raspones para
que ello sea así? Sin resolver geopolíticamente el tema de la
importancia central de Bolivia en el concierto sudamericano resulta muy
poco factible embarcarse en grandes proyectos de infraestructura de
interconexión que nos permita cumplir ese “destino” manifiesto.
Por el contrario, lo que puede advertirse es que es más probable que
solo se implanten aquellas iniciativas que partan de los grandes actores
internacionales, convirtiendo a nuestro país una vez más en una siemple
fuente y medio de provisión de materias primas a gran escala. Una vía
férrea interoceánica sin resolver adecuadamente estas cuestiones puede
convertirse fácilmente en una aspiradora de los recursos regionales,
algo difícil de compatibilizar con un “corazón verde”.
La
propuesta de Tuto prevee la creación de un acción llamada PITITA que
serviría para garantizar que la propiedad pública permanezca en poder de
la ciudadanía, mediante la emisión de “títulos valor intransferibles,
embargables (cic!) y heredables, para generar una cultura de propiedad e
inversión en todos”. Una buena manera de repartirse la piel del oso
mucho antes de derribarlo. Me recuerda a la imagen futurística de La Paz
que nos presentó hace ya casi 3 décadas la candidata de CONDEPA, de la
cual quedó únicamente el zanjón, convertido después en túnel, bajo el
atrio de la Universidad de San Andrés.
Resumiendo un tanto lo
anotado hasta aquí, puede apreciarse que la propuesta es lanzada como un
conjunto de “ideas iniciales, que espero mejorar, ampliar y ajustar”,
nos dice Tuto.
El problema es que él comparte estas ideas como
adelanto de un programa a presentarse en elecciones generales, lo cual
exige un grado de desarrollo y coherencia mucho mayor.
Se nota en
la formulación de estas “bases y lineamientos” de Tuto el afán por
lograr impactar en diferentes ámbitos del electorado. Los colores usados
en su documento, verde, blanco y rojo, darían la impresión de buscar un
contacto con el dúo Camacho y Pumari, que vienen de departamentos con
esos colores.
También llaman profundamente la atención sus
referencias bíblicas y el afán de construir una suerte de relato
místico, que resumiendo significaría que al cabo de 2700 años (desde el
tiempo en el que habría actuado el Profeta Oseas**) se estaría
cumpliendo la profecía de Oseas, quien se refirió a las “cuerdas de
amor” en uno de sus versículos, lo que hoy habría sido plasmado y
aplicado vibrantemente en nuestra Bolivia mediante el movimiento de las
Pititas.
Las múltiples referencias justamente a las Pititas,
este movimiento nacional espontáneo de cuño juvenil que ha impresionado a
propios y extraños, es otro de los espacios con los que Tuto busca
conectar. Por su propia labor en la finalización del régimen anterior y
luego como defensor de la causa emprendida por el grueso del pueblo
boliviano, posiblemente este vínculo con las Pititas sea con el que más y
mejor se pueda identificar.
En suma, como un participante en una
red social señaló, “le tengo mucho cariño al Tuto, y es bárbara su
contribución en lo que fue la coyuntura, PERO siempre la caga al final. A
él le debemos el revocatorio con el que Evo sacó 64%, y en 2009 y 2014
dividió el voto y al final se fue y su bancada se desbandó”. Da la
impresión que esta vez también puede ser así, solo que esta vez parece
que ya no tendrá la posibilidad de regalarle dos tercios de las cámaras
al partido del usurpador.
Los programas no se improvisan, ni se
sacan de una chistera. Son compromisos serios que en nuestro país se
toman a la chacota. No existe un estudio efectivo de la realidad
nacional, de sus problemas y potencialidades, menos de las causa que los
originan, con lo cual el común de los partidos cree que es cuestión de
responder a los problemas superficiales que se detectan como para ya
armar todo un programa de gobierno.
Eso es seguir en la
superficie, ocupándonos de las apariencias de las cosas, sin ir al
fondo, simplemente porque eso exige mucho estudio, análisis, comprensión
de dinámicas y procesos que aún estamos lejos de encarar. Sin un
diagnóstico común y compartido por la ciudadanía y los candidatos que
pretenden ejercer el mandato de la Nación no es posible plantear nada
serio, que construya, que enfrente los obstáculos estructurales y las
causas y razones de nuestro devenir.
Me atrevo a mencionar que
una alianza de amplio espectro o alcance que pueda incluir a Tuto
mejoraría sus opciones para conducir los destinos del país en los
próximos años. Ello pasa a mi juicio por una combinación hasta ahora no
vista en nuestro medio que incluya una comprensión clara y meridiana de
la problemática existente, de porqué seguimos siendo uno de los países
más pobres del hemisferio occidental, o sea, de la mitad del planeta, un
conjunto de propuestas atrevidas como la del litio y el corazón verde
digital y un conjunto de líderes de alcance nacional y regional que
sintonicen perfectamente la problemática que debe enfrentar el país, así
como las respuestas y medios que se pretende emplear. Una alianza con
este perfil creo que no tendría rival, si no cumple con alcances
semejantes.
Última reflexión. Bolivia desconoce lo que es
Bolivia. No conocemos ni comprendemos nuestras estructuras, menos su
historia de formación y menos aún su influencia sobre nuestro presente.
Este aserto vale para la gran mayoría de compatriotas y por supuesto
también para los académicos que usualmente tienen una visión disciplinar
limitada. Dicho en breve, podríamos decir que estamos secuestrados por
nuestras estructuras y mientras no las entendamos ni averigüemos la
forma de superarlas y cambiar nuestras posibilidades de destino,
seguiremos dando vueltas a lo mismo. Todo este prolegómeno tiene la
única finalidad de mencionar que el país requiere con suma urgencia
organizar algo así como un CENTRO DE REFLEXIÓN DE LA PROBLEMÁTICA
NACIONAL que se halle fuertemente vinculado con universidades, centros
de estudio, bibliotecas y otros, de modo tal que pronto contemos con la
comprensión necesaria e indispensable de nuestra problemática, base
indispensable e insoslayable para plantear propuestas y soluciones de
todo tipo.
Sin una respuesta orgánica de esta naturaleza, seguiremos extraviados en los tiempos venideros.
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(*) La expresión “detallada” en el título fue tomada de entrevista a Tuto en CNN. Ver: https://www.youtube.com/watch?v=8x-G1MsyDc0&feature=youtu.be
(**) Para comprender sus alcances, consultar El Libro del Profeta OSEAS: http://hopeinjesus.com.au/wp-content/…/2014/02/28.-Oseas.pdf, ( p. 75 )
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BASES Y LINEAMIENTOS PARA PROPUESTA BOLIVIA 2020-2025 - Tuto Quiroga, 9 de Enero 2020