20 enero 2020

MENSAJE ESPERADO DE LA PRESIDENTA AÑEZ





Carlos Rodrigo Zapata C.

A horas del mensaje que impartirá la presidenta Jeanine Añez desde la ALP, es oportuno señalar qué alcances y contenidos esperamos –espero que  pueda compartir con la ciudadanía.
Presidenta Jeanine Añez

Al cabo de 13 años de mensajes extensos y cansinos, de auto alabanza de un régimen que se fue desmoronando a ojos vista, sin una pizca de autocrítica, menos de guías y orientaciones edificantes hacia el futuro, ahora el anuncio del mensaje presidencial despierta expectativas. 

¿Qué es lo que quisiéramos oír? 

Empecemos por señalar los temas y asuntos a los que muy seguramente se referirá la primera mandataria. 

El tema de sus diez semanas de gestión será un momento significativo, principalmente por el cambio cualitativo que representa este breve lapso en contraste con el pasado reciente que aún pesa sobre el acontecer nacional.  

Esta parte de su mensaje es importante para ajustar el tino nacional. Las palabras mágicas serán sin duda, pacificación, gestión y elecciones, pero cada uno de estos vocablos viene cargado de muchas aristas y dimensiones que es indispensable destacar, justamente para llevar a buen puerto estos procesos de reconducción de la nación y de sembrar algunas bases estables y sólidas de cara al futuro en un país fuertemente polarizado. 

Algunas de las dimensiones tratadas seguramente se referirán a la pacificación que exige un relato claro y en lo posible detallado de lo acontecido, especialmente en lo relacionado con la salida de Morales del país, así como con los enfrentamientos acaecidos en diversos puntos del país. Es indispensable que todas las partes sientan que sus puntos de vista y sus reclamos son tenidos en cuenta. Hay denuncias de uno y otro lado que deben atenderse. El proceso actual debe mostrar su altura moral y ética en todas sus actuaciones. Esa debe ser su marca de distinción y de diferenciación respecto del régimen anterior. Lo mismo vale para los futuros gobiernos.
Las mujeres fuertes de la Presidenta

En relación a gestión, es muy importante delimitar los alcances de lo posible en el periodo relativamente breve en que le tocará cumplir funciones al gobierno de la presidenta Añez. 

El término "transitorio" ha venido siendo manejado elásticamente por el propio gobierno y los demás actores. Hay tareas que por su alcance y magnitud resultan muy difíciles de encarar en una gestión que previsiblemente no superará los 8 meses. Pero por otra parte hay tareas que es indispensable asumir en ese lapso. El criterio señalado por la Canciller Longaric es clave: “este es un gobierno constitucional que no tiene limitación de accionar alguno”. En esta línea, será importante que la presidenta pueda señalar algunos temas que abordará en los meses venideros. 

En este marco es fundamental explicar algunos temas que por acción u omisión son observados por la ciudadanía. En particular en el bloque relacionado con medio ambiente, Chiquitania, Rositas, PlusBeni, son algunos temas que no están siendo bien abordados y recibidos por la opinión pública. En materia de seguridad es importante señalar las líneas principales que se está siguiendo. Hay hechos bochornosos como el de los encapuchados españoles que no se sabe si el gobierno está procesando. Tampoco se sabe si se han realizado nuevos esfuerzos para pedir a la Corte-IDH que emita su juicio sobre la interpretación antojadiza que se ha efectuado sobre los derechos humanos del ex presidente Morales para repostularse indefinidamente. 

En relación a las elecciones está claro que el asunto principal girará en torno a la transparencia del proceso, así como a la necesidad de unidad de los frentes opositores al MAS, ya que esa será la piedra fundamental sobre la que se debe reconstruir la institucionalidad nacional y reencaminar el país. 

Más allá de estos temas centrales que se derivan directamente del accionar del gobierno, que viene mostrando una gran capacidad de reaccionar oportuna y certeramente frente al gran acoso internacional que ha sufrido y aún sufre nuestro país, es de esperar que se puedan tratar también otros aspectos fundamentales. 

La autocrítica debe tener un espacio claro en el mensaje presidencial. Nadie está libre de errores u omisiones que pueden causar perjuicios. Reconocerlos es indispensable tanto para conocer las limitaciones existentes, como para reconocer los errores de apreciación que se hayan evidenciado. La ausencia de diálogo y autocrítica en los pasados 14 años ha causado un daño muy grande a la moral pública, ya que ese espacio ha sido ocupado por la impostura, la mentira, la arrogancia, las medias verdades y también mucho silencio.  

Las guías hacia el futuro son esenciales. Considero que un o una estadista equivale a dichas guías, así como a su capacidad de plasmarlas en obras y proyectos ejemplares. Sabemos que las limitaciones de tiempo impedirán traducir muchas intenciones en obras, pero señalar directrices, orientaciones, dar pautas, es uno de los temas de los que carece nuestro país desde hace ya muchos años y que considero que está sediento de recibirlos.

La tarea que todos tenemos encima es la de velar por nuestro futuro, pacífico y promisorio. Eso es clave para todos los sectores sociales, también de cara al proceso de pacificación y de cerrar heridas. Hay varias expresiones que son cruciales en este sentido, tales como sostenibilidad, respeto, protección ambiental. También diagnóstico de la problemática nacional. Este es un punto absolutamente crítico. 

Bolivia no se conoce a sí misma. No tenemos una comprensión cabal, mucho menos común y compartida de nuestra problemática, de sus causas y raíces. ¿Cómo podemos ponernos de acuerdo teniendo diagnósticos tan dispares sobre las causas de nuestros males? 

Fuerte simbolismo

Si la presidenta Añez quiere dejar un aporte muy significativo para el futuro de Bolivia, debería procurar justamente sentar las bases para un gran Centro de Estudios y Reflexión sobre la Realidad Nacional. No existe imagen más patética en nuestro país que la de ver a partidos políticos improvisados o súbitamente despertados en los periodos electorales de sus largas hibernaciones tratando de elaborar un programa que cumpla con las disposiciones del régimen electoral. 

Por la fragmentación electoral en circunscripciones de todo tipo y tamaño, en muchas de la cuales basta con unos cuantos miles de votos para ganar, ya ni se requiere un programa departamental menos nacional, sino tan solo unas cuantas promesas locales. Así, nadie tiene una comprensión cabal del acontecer nacional, de sus estructuras caducas y heterogéneas, de las causas de nuestros males colectivos. 

Sin un conocimiento adecuado de nuestra realidad, con una gran fragmentación social y una pronunciada segmentación electoral, no tenemos ni la menor oportunidad de construir unidades y alianzas duraderas que perduren más allá de las gestiones de gobierno y se conviertan en objetivos de Estado,  pues nuestra diversidad y heterogeneidad en todos los ámbitos se encargará de romper hasta los compromisos más serios y deseables.
Parte del Gabinete de la Presidenta Añez

Bien, estas son algunas de mis expectativas y algunas de las varas con las que atenderé el mensaje presidencial en esta nueva era, en la que hemos recuperado nuestro derecho a decidir y sobre todo a pensar en un futuro posible y deseable.

Desde ya, muchos éxitos a la Presidenta Añez y a todo su equipo en el cumplimiento de sus funciones.