31 agosto 2018

EL TSE SE LAVA LAS MANOS


Carlos Rodrigo Zapata C. (*)


“El Tribunal Supremo Electoral (TSE) ratificó ayer que el referéndum del

 21 de febrero de 2016 es vinculante y de cumplimiento obligatorio.

No obstante analizará si prevalece el 21F o la sentencia del Tribunal

Constitucional Plurinacional (TCP) que avala repostulación de Evo Morales y

 Álvaro García Linera, porque ambos son vinculantes y de carácter obligatorio”.






A la disputa por la legalidad de la nueva repostulación de Evo Morales, se ha sumado la lucha por posicionarse mejor frente a las elecciones del 2019, eventos que adelantan el calendario electoral en 10 meses y trastocan todo el escenario político nacional.

"Ni el diablo sabe para quién trabaja..."


Carlos Böhrt, analista político, ha presentado un esquema muy completo de la forma en que la nueva ley de partidos políticos (llamada de Organizaciones Políticas), en actual tratamiento en la Asamblea Legislativa (AL), es usada por el MAS y sus dos tercios de representantes para cuadricularles la vida a los partidos. Según dicho esquema, quedan a la fecha 9 semanas para presentar candidatos a elecciones primarias obligatorias y vinculantes en todas las tiendas políticas, a fin de elegir a sus candidatos para las elecciones de octubre de 2019. Es como pescar en paños menores a la enclenque estructura partidaria opositora, que como estructura se limita a escuálidas bancadas que obtuvieron en las elecciones de hace 4 años, pues en los hechos no cuentan con una estructura de cuadros, menos de organizaciones de masas, en su diario quehacer. Generalmente se reavivan viejas estructuras unos meses antes de las nuevas elecciones, se elabora un programa rápido, más para cumplir con disposiciones del Órgano Electoral, y se inscriben para participar en el nuevo evento electoral. El resultado es que entre todos los partidos opositores con representación parlamentaria apenas logran un tercio de los escaños, es decir, sin ninguna capacidad de nada, si acaso, apenas testimonial. Por tanto, las últimas noticias se asemejan a un terremoto, aún antes que se haya registrado ni un solo movimiento sísmico. 
 
Si eso fuera todo, se diría que 9 semanas para aprender a torear y salir indemne del ruedo, hasta puede ser posible, si la oposición no tuviera pies de barro y no existieran partidos y personalidades que harán hasta lo imposible para quedar, cuando menos, como cabeza de la oposición, como si ese fuera la máxima aspiración o pretensión a la que pueden apuntar. Por tanto, las posibilidades de acuerdos entre los partidos de la oposición son bajas, extremadamente bajas, y mucho menores sus posibilidades de cumplimiento puntual. 


Por supuesto que este escenario interno de las fuerzas opositoras hay que verlo en el contexto de la grotesca quiebra del orden Constitucional que se avecina, al intentar imponer una nueva postulación de Morales, haciendo caso omiso del referendo del 21 de febrero de 2016, por el cual el pueblo boliviano rechazó la posibilidad de una nueva postulación del actual mandatario, al oponerse a enmendar la Constitución que al presente excluye la posibilidad de más de una reelección de modo continuo. De modo que la oposición se halla en el peor de los escenarios imaginables, simplemente porque sus apetitos son infinitamente más grandes que sus estructuras partidarias, programas y visiones.


Daría la impresión que este cuadro ya es suficiente crítico como para ser necesario imaginar un escenario aún más catastrófico para la oposición y para el pueblo boliviano en las elecciones venideras. Pero cuando algo va mal, todo suele ir mal, simplemente porque no se tiene las fuerzas suficientes para superar las debilidades que carcomen y corregir las graves desviaciones que acosan.


La última declaración del TSE en sentido que el fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) es vinculante, significa que el TSE no tiene ni la menor intención de cuestionar el fallo del TCP que habilita a Morales para repostularse de modo indefinido, y se somete sin más, sin analizar ni cuestionar ni una coma de dicho fallo. De este modo, el TSE se lava las manos pilatunamente y prefiere ajustarse al viejo patrón colonial del “se acata pero no se cumple” en lo referente al resultado del referendo del 21F y tira por la borda todas las expectativas puestas en su fallo y en su posición.


A fin de encubrir su sometimiento e intentar curarse en sano, el TSE encargó a un grupo de ciudadanos la elaboración de una propuesta de ley de partidos, la misma que fue puesta en consideración de la AL en junio pasado, la ya mencionada Ley de Organizaciones Políticas. Curiosamente el MAS consideró inicialmente dichapropuesta como inoportuna por extemporánea, porque se hallaba sumido en la disputa por el 21F y acosado por el BOLIVIA DIJO NO, hasta que de pronto se dio cuenta que podía usarla a su discreción para recuperar algo de la iniciativa perdida. 



La tarea del MAS en las últimas semanas ha consistido justamente en usarla a su regalado antojo, imponiendo una serie de comportamientos a las organizaciones políticas que rayan en una confiscación del derecho a decidir y conducir la dinámica política nacional. Entre las disposiciones que se van aprobando (a tiempo de escribir esta nota) se halla la obligatoriedad de primarias simultáneas y vinculantes en todas las tiendas políticas con personería jurídica vigente, en las que solo pueden participar los militantes inscritos y registrados ante el Órgano Electoral, con lo que de un plumazo se incauta la autonomía interna de los partidos y se conculca el derecho a elegir y ser elegido de una gran mayoría de ciudadanos, ya que por razones de tiempo para inscribirse y/o legalizar nuevas opciones políticas se dejará fuera de acción cuando menos al 90% del electorado para decidir sobre los posibles conductores de los destinos nacionales. El resultado será tan absurdo como el que ya se dio en las elecciones de magistrados: quedarán elegidos como candidatos a presidente y vicepresidente de la república ciudadanos con apenas unos cuantos cientos o miles de votos, dejando a un lado a millones de electores. Sorprendentemente, tanto la "simultaneidad" como la participación "exclusiva" de la militancia para definir las candidadturas de los binomios presidenciales en las diversas tiendas políticas provienen de la propuesta de ley del TSE (arts. 28 y 28).


Por cierto que no bastó con elaborar la propuesta de ley y enviarla a la AL para su eventual consideración y tratamiento. Adicionalmente se llevó a cabo un seminario “internacional” organizado por el TSE en el que esta instancia intenta mostrar que la versión que se viene aprobando en la AL está completamente alejada del "espíritu" original de su propuesta de ley, movimiento con el que intenta desmarcarse y desentenderse de los contenidos que se vienen aprobando en la AL. Para entender la dimensión de esta finta, es recomendable ver las conclusiones de dicho seminario para comprender, por un lado, el grado y la medida en que el MAS está dispuesto a agarrarse de lo que sea con tal de imponer "legalmente" su decisión de eternizarse en el poder y, por otro lado, los esfuerzos realizados por el TSE para darse una apariencia democrática en circunstancias en que está avalando un fallo demoledor para la democracia y el estado de derecho en Bolivia. 

Mi conclusión es que el TSE no tenía ninguna razón para declarar que el fallo del TCP es "vinculante", excepto que sea por propia necesidad, en función de sus propios fines. Lo más grave es que dicho fallo es nulo de pleno derecho, por no contar el TCP con las competencias para introducir alteraciones en la Constitución de ningún tipo, según ha señalado el gremio de los especialistas en derecho. A partir de ello, el TSE se ha sumado a la corriente de irrespetar el resultado del 21F que es el núcleo y el corazón del fallo del TCP, pero también se ha ocupado de poner en evidencia el grado y la medida en que el MAS usa su propuesta para sus fines de eternizarse en el poder, lo que no es más que una forma cínica de reaccionar.




Con dichos antecedentes, donde todos los poderes del Estado coinciden en otorgarle legalidad a un fallo ilegal y nefasto del TCP, ¿habrá algún órgano internacional (como la Corte IDH de la OEA) que cuestione ese fallo y lo haga en las siguientes 9 semanas? Me imagino que no, lo cual además se constituirá en un grave antecedente para la jurisprudencia regional en materia de protección de derechos humanos, ya que se usará la Carta de San José para proteger y blindar a quienes han ejercido o pretenden ejercer en exceso esos derechos en detrimento de quienes no pueden ejercerlos o mediante maniobras son impedidos de hacerlo, como es el caso de la nueva ley de Organizaciones Políticas que en estos momentos se viene aprobando en Bolivia, conculcando los derechos ciudadanos a elegir y ser elegido.


No existe ningún curso de acción en la historia que cambie solo por el deseo y las rogativas de quienes se sienten afectado en sus derechos, opciones y oportunidades. Eso solo es producto de oponer otra fuerza igual o mayor a la que se viene imponiendo, lo que puede lograrse con un pueblo unido que no claudique especialmente allí donde se espera que se hallen sus fortalezas y baluartes: sus instituciones. El coste de salir del intríngulis siniestro en el que hemos caído, será muy alto.


Este marco resulta extremadamente preocupante para una oposición descalza, incapaz de enganchar con el pueblo, sus diversos estamentos, su diversidad. Pretender que hacer política es asunto de declaraciones y raids ocasionales para aparecer en público es algo tan alejado de lo que se requiere que da pavor. El costo resultante de esa suma de prepotencia por un lado y de orfandad por otro, lo pagaremos todos los bolivianos por no trazarnos un estilo de relacionamiento y construcción colectiva mucho más equilibrado, inclusivo, respetuoso, sostenible y militante en todos los órdenes de la vida. 

(*) Economista, catedrático. En proceso, análisis sobre la 'democracia oligárquica' en Bolivia.