24 agosto 2018

EL 21F COMO BIEN PÚBLICO. CUIDADO CON LOS PELIGROS QUE ACECHAN



Por Carlos Rodrigo Zapata C.

Hacer respetar el resultado del Referendo del 21F, es decir, inviabilizar la repostulación del dúo Morales/García, se constituye en un bien público, es decir, un beneficio que podrían obtener todas las fuerzas políticas, incluso aquellas que no se sumen activamente a los costos y esfuerzos requeridos para lograr ese fin. Eso se debe a la naturaleza misma del bien público que se caracteriza por la imposibilidad de impedir el acceso al goce o beneficio de un bien una vez provisto, aunque no se haya contribuido a los costos necesarios para la provisión de dicho bien. Se denomina outsider (polizón, aprovechador) a quienes actúan de este modo, mientras que quienes lideran en la provisión del bien público son llamados pioneros. 


¿Cuáles son las consecuencias de intentar proveer este bien público llamado RESPETO AL 21F? 

Lo primero que se debe señalar es que puede darse una tendencia a dejar que otros asuman los costos y esfuerzos relacionados con la provisión de este bien público, dedicando sus propios recursos a otros fines y actividades distintas a las indispensables para proveer el bien público señalado. Esta situación puede proporcionarle a cada fuerza política oportunista u outsider la posibilidad de maximizar los beneficios que podría extraer de sus propios recursos. Mientras que las fuerzas empeñadas en la provisión del bien público RESPETO AL 21F dedican sus esfuerzos y energías a desarrollar toda clase de acciones, medidas y movilizaciones que les permitan lograr el resultado esperado, las fuerzas oportunistas se dedicarán, por ejemplo, a establecer un sistema de alianzas, a formular programas más detallados, a presentar un perfil más conciliador y más comprometido con diversos sectores sociales y regiones, a incrementar su presencia en los medios o incluso a socavar las bases de otras fuerzas rivales, etc.

Si bien dicha consecuencia ya puede sembrar la base de la discordia, los problemas derivados de la dinámica requerida para producir este bien público pueden ser aún mucho mayores y más agudos. Veamos. 

A partir de lo señalado precedentemente puede advertirse que la dinámica de provisión del bien público RESPETO AL 21F puede conducir muy rápidamente a la fragmentación de las fuerzas sociales interesadas en la provisión de este bien público. Esta fragmentación no solo puede conducir a no lograr el objetivo común ansiado, pero solo perseguido consecuentemente por algunas fuerzas, sino a una suerte de archipielegización (mi término, para hablar de fragmentación y segmentación extremas, CZ) de las propuestas a presentar al país en la fase o etapa de las elecciones nacionales, lo cual puede significar una (nueva) derrota de graves consecuencias. 

En un ambiente dominado por los esfuerzos dedicados a proveer este bien público resulta no solo difícil, sino diríase imposible establecer las bases y fundamentos de toda política pública: primero, formular un diagnóstico común y compartido que interprete y refleje de modo adecuado qué problemas tiene el país y percibe la ciudadanía; segundo, en base a dicho paso previo, formular programas de gobierno adecuados y políticas públicas con perspectivas de éxito.

A partir de estas apreciaciones, pueden extraerse algunas conclusiones iniciales que resultan estructuralmente inevitables, pues son resultado de la dinámica en que ya se ha incrustado la sociedad boliviana. La primera conclusión es que la calidad del proceso democrático se está haciendo pedazos, simplemente porque la sociedad está avocada a tareas y faenas que no deberían ser su prioridad ni su urgencia principal – ¡lograr que se respete lo aprobado, la Constitución!- situación que arrastra al conjunto de la sociedad y de las fuerzas políticas a concentrarse en esa penosa, aunque urgente e imprescindible tarea. La segunda conclusión es que al MAS y al gobierno no les importa esta impronta de deterioro de la calidad democrática, simplemente porque ellos suponen que tienen un programa (su mentada agenda 2025), que lo hacen maravillosamente y que todo lo que requieren es asegurar la continuidad de sus grandes logros. Discurso o realidad para dicha facción de la sociedad, el hecho es que al sector oficialista le tienen sin cuidado esos extremos y se empeña en mantener ocupada a la sociedad y las fuerzas políticas con la provisión del bien público RESPETO AL 21F que equivale a una forma perversa de obligar a dedicar tiempo y recursos a las fuerzas políticas que consideren que tienen alternativas valiosas que ofrecer a pueblo boliviano para construir su futuro.

En suma, el gobierno con su estrategia de dar por obvia y sobreentendida la candidatura de Morales y de no poner en cuestión ni la violación de la Constitución que prohíbe expresamente la posibilidad de reelección continua por más de una vez, ni los procedimientos ilegales y arbitrarios empleados para dar por aprobada esta nueva postulación, lo que está haciendo no solo es desmovilizar al pueblo boliviano, obligándolo a ocuparse de asuntos ya plenamente pactado y resueltos por medio de la Constitución, sino a producir un quiebre profundo en las filas de las fuerzas opositoras, no dispuestas a aceptar semejante imposición, pero a su vez interesadas en seguir diversas estrategias que les permitan posicionarse del mejor modo que puedan frente a este escenario. 

La pregunta del millón, ¿qué se puede hacer frente a este panorama? 

La teoría de los bienes públicos, el menos la teoría cooperativa que se ocupa de dichos bienes, ha planteado una gama de diversas respuestas y soluciones para evitar o reducir el riesgo de la aparición de outsiders, quienes con su acción egoísta, aislada, personalista y oportunista pueden contribuir a impedir la provisión misma del bien público RESPETO AL 21F. 


Entre las medidas que aconseja esta teoría pueden destacarse la importancia y trascendencia de los pioneros como artífices de la posibilidad de proveer dicho bien público. El beneficio que pueden obtener los pioneros en este contexto es tan significativo que las fuerzas oportunistas y egoístas comprenderán que sus esfuerzos aislados no podrán fructificar del modo que esperan, sin haber participado activamente en la tarea común de proveer el bien público mencionado. Otro remedio radica en la conformación de pequeños grupos, compuestos por diversas fuerzas interesadas en proveer este bien público, ya que ese marco es imprescindible para coordinar y  controlar mutuamente los esfuerzos y acciones dedicados a la provisión del bien en cuestión. También se puede recurrir a diversos incentivos, es decir, a un cúmulo de premios (incentivo positivo) para aquellos que  participen activamente o cumplan con los alcances comprometidos, y castigos (incentivo negativo o desincentivo) en el caso contrario para quienes no lo hagan. 

Más allá de lo que la teoría recomienda como formas de impedir la aparición o la acción de los outsiders, está requeté claro que no se podrá llegar muy lejos sin una visión común y compartida por las fuerzas opositoras empeñadas en la provisión del bien público RESPETO AL 21F sobre un futuro nacional promisorio, viable y posible de alcanzar, en contraposición al que nos espera de continuar la misma constelación de fuerzas oficialistas del presente, lo que significa aunar fuerzas, construir juntos esa propuesta, evitar la dispersión, mucho más, el antagonismo, la proliferación de estrategias oportunistas y egoístas, y la confrontación entre dichas fuerzas.

Resulta muy difícil imaginarse que las fuerzas opositoras lograrán producir el bien público RESPETO AL 21F si no se tiene una clara estrategia común y compartida de unión y acción conjunta de dichas fuerzas, y al mismo tiempo de formulación de propuestas también comunes y compartidas, capaces de generar la expectativa y el entusiasmo general.

De igual modo resulta muy difícil imaginar que se logrará ese resultado sin controlar las fuerzas centrifugas que tienden a producir los outsiders y sin comprender que la actual coyuntura exige un doble esfuerzo: por un lado desarrollar todas las acciones en todos los planos, tanto en el nacional como internacional, que sean necesarias para retornar a la legalidad de la base Constitucional que hemos aprobado todos, y por otro lado, construir esa propuesta común y compartida, sin la cual será muy difícil convencer a los escépticos, mucho menos al núcleo electoral duro del masismo que la ruta actual nos lleva al desastre y al entreguismo, y que hay rutas distintas, prometedoras, posibles y viables, capaces de asegurar el respeto a la soberanía nacional, no su actual uso arbitrario y descarado, y que esas vías están en línea con el respeto a lo más caro de nuestra dignidad, nuestro patrimonio y el respeto a nuestros ancestros. 


El tema de la Nueva Bolivia, por ejemplo, siempre traído a colación por diversas fuerzas políticas y sociales, bien puede ser el mascarón de proa de una nueva conceptualización, donde sea el país el que define su rol, función y lugar en la globalización y no (solo) la dinámica impuesta por los países centrales. Sin visiones estratégicas de largo alcance, fina y fríamente pensadas y elaboradas, no es posible romper el maleficio creado por ese cerco tendido por las fuerzas en el poder, basado en fantasías, prebendas, sumisión, falsas expectativas, la creencia en una fase de expansión indefinida en base al maná proveniente de los altísimos precios internacionales, uso descarado de los patrimonios nacionales (pueblos indígenas, medio ambiente, recursos naturales, etc.) y una mezcla de intereses ajenos al país, al menos por la forma en que hasta el presente se han puesto de manifiesto.

Suma sumarum, el desafío existente es duro por todo lo señalado, a la vez que el tiempo se ha acortado peligrosamente. Al mismo tiempo que se requiere hacer todo lo señalado, resulta igualmente indispensable contener a las fuerzas de la violencia, en particular el discurso en boga, los argumentos y justificaciones empleados, por absurdas, primarias o irracionales que puedan ser. Seguro que con insultos y memes no se podrá lograr gran cosa. Es imprescindible mostrar con precisión las bases de la actual debacle nacional en medio del supuesto bienestar que nos acosa. Sin cuestionar y desarticular dichas razones, el problema mayor es que además de no producir el bien público RESPETO AL 21F podríamos ingresar en una dinámica de violencia que nadie quiere. Hay mucho trabajo por delante.


 --------------------------------------
 (*) Economista, planificador regional, catedrático. La Paz, Bolivia.