Carlos Rodrigo Zapata C.
Hace unos días, ante la decisión de la oposición de abandonar los
diálogos establecidos con el oficialismo para acordar los procedimientos
más pertinentes a seguir para la nueva elección de Magistrados a los
más altos estrados judiciales de nuestro país, usted, Señor Gonzales,
Presidente de la Cámara de Senadores, señaló presurosamente que entonces
se recurriría a los votos del oficialismo. Como todos sabemos, el
oficialismo goza al presente de dos tercios de los votos en el
Legislativo, es decir, una maquinaria capaz de imponer lo que se le
antoje.
Esta reacción me ha causado enorme preocupación, porque
me da la impresión que usted está viendo a la democracia como un
mecanismo que debe limitarse a cumplir ciertas reglas. Mi intención es
hacerle notar que ello no es así, y mucho menos en los marcos y
contextos en que se presenta esta difícil tarea, de definir los
procedimientos más adecuados para elegir a nuevos Magistrados. Permítame
caracterizar esos marcos, porque no vaya a ser que se los esté dejando
fuera de toda consideración y eso ya no podría pasar como un mero pecado
venial.
PRIMERO, el gobierno ha aplicado un modelo de elección
de Magistrados que ha fracasado en toda la línea, situación que ha
causado enorme zozobra en la ciudadanía durante los pasados 6 años desde
esa malhadada decisión. Esta situación ha sido claramente reconocida y
admitida por el oficialismo, comprometiéndose de este modo a enmendar
ese fracaso.
En el transcurso del tiempo, diversos especialistas y
jurisconsultos han dado a conocer sus puntos de vista y han formulado
diversas recomendaciones que nos ayuden a superar semejante situación y a
reconducir el proceso de elección de Magistrados de un modo mucho más
cuidadoso y pertinente. Incluso yo mismo me he permitido sugerir algunos
pasos a seguir, apoyándome en propuestas de reforma en el exterior,
provenientes en este caso de un partido afín al oficialismo boliviano,
como es PODEMOS en España. [Aquí incluyo el link de mi propuesta]
De modo que tanto por el fracaso que representa el modelo ensayado,
como por el reconocimiento público de dicho fracaso por parte de las
máximas autoridades del país, no puede esperarse otra cosa que un ajuste
y modificación profunda de los procedimientos aplicados anteriormente.
SEGUNDO, el país todo sabe perfectamente que el oficialismo está
buscando las vías que le permitan a su binomio en funciones poder optar a
una nueva reelección, pese a que ya se realizó una consulta a la
ciudadanía, la que rechazó el 21F la posibilidad de modificar la
Constitución. En este marco, la elección de nuevos Magistrados cobra una
importancia trascendental, mucho más si vemos que no existe vía legal
alguna que le permita al oficialismo legalizar una posible reelección.
En este sentido, está claro que una de las opciones que se buscará es
que las nuevas autoridades judiciales puedan realizar alguna
interpretación constitucional bizarra que muestre que no hay ningún
impedimento para una nueva re postulación del binomio oficialista, de
modo que nadie, nunca, ni en ninguna parte pueda dudar de la legitimidad
de un nuevo gobierno de dicho binomio. Sabemos que siempre es posible
encontrar gente servil para lo que se pretenda lograr, como modo de
imponer intereses y de evadir propias responsabilidades.
Son
estos dos marcos contextuales que demandan y exigen suma prudencia en
los pasos que se están dando para elegir nuevos Magistrados. Es ahora
que está actuando el oficialismo, ahora es cuando está preparando el
escenario que producirá la decisión que quiere y busca desesperadamente.
Usted, Señor Gonzales, está en medio de las decisiones que se están
tomando y ya está desentendiéndose de las consecuencias, aún antes de
haber arrojado ninguna piedra.
En síntesis. Mi pedido, mi
invocación, es que se comporte a la altura de un ciudadano con ética
impecable, que va a actuar según su conciencia y su más leal saber y
entender, como un demócrata que no se contenta con aplicar a letra
muerta la democracia, y que no va a actuar al influjo de ordenes ni
presiones, ni de compromisos que no sean con la ley y la justicia en su
sentido correcto, y velando siempre por la convivencia pacífica de los
ciudadanos.
Resumiendo:
- La justicia en Bolivia está quebrada, por lo que debe ser reconstruida desde sus mismos fundamentos.
- El país ya se sometió a un modelo de elección de Magistrados que
fracasó estrepitosamente, por lo que no existe razón alguna para
repetirlo, si lo que se pretende es encarar al grave problema que
representa la justicia en Bolivia.
- El modelo aplicado fracasó
primordialmente por su diseño y aplicación. En materia de diseño, la
preselección de los candidatos por parte de los Legisladores
oficialistas no permitió verificar la idoneidad y transparencia de dicha
preselección, situación que automáticamente mantuvo alejados a
jurisconsultos valiosos, de trayectoria respetable. En materia de
aplicación, haber convalidado la elección de Magistrados con los votos
recibidos, pese a que el 90% del electorado votó blanco o nulo, resulta
una afrenta grave a la voluntad ciudadana y devela un afán por imponer
un esquema que a ojos vista resultaba atentatorio contra las bases de la
convivencia pacífica.
- Los más altos funcionarios de estado y
gobierno han admitido que dicho procedimiento de elección de Magistrados
fue un fracaso y que la justicia está peor que nunca, razón por la que
se sobreentiende que no puede haber nada peor que aprestarse a repetir
semejante experiencia nuevamente.
- El oficialismo ha dado
muestras muy evidentes de tener un interés fundamental en la nueva
elección de Magistrados, al punto que se ha atrevido a sugerir la
participación de unos técnicos universitarios en el proceso, pero se ha
negado a darles ninguna atribución o dejar en sus manos el diseño del
procedimiento de preselección y elección de Magistrados. Todo ello da
muestras inconfundibles que el oficialismo quiere repetir la nefasta
experiencia anterior y no está dispuesto a enmendar los yerros
cometidos.
Por todo ello, en aras de la justicia, la convivencia,
el respeto a la ciudadanía y a la democracia, por la que ciudadanos de
este país han dado hasta su propia vida, le pido no apegarse a la letra
muerta de la democracia, le convoco a que no la desmantele, a que la
aplique en su sentido más amplio y venerable que nos es posible:
interprete correcta y juiciosamente el sentir ciudadano, el deseo de
construir una justicia respetable por todos.
No se escude en la oposición ni en su mayoría y sean leales a su palabra.
En este marco, me permito reiterarle mi mensaje de hace unos días:
AL FINAL NO INTERESA SI ES CON ACUERDO O CON APLANADORA. LO QUE REALMENTE IMPORTA ES APRENDER LAS LECCIONES DEL PASADO Y NO REPETIRLAS, NO?