21 abril 2017

Banco Mundial: ¿Dónde se encuentra la riqueza de las Naciones?





Por: Carlos Rodrigo Zapata C. (*)



Con este sugerente título (Where is the Wealth of Nations?) que marca un vínculo con el clásico de la economía política, “An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations” de Adam Smith, el Banco Mundial ha querido indagar en las formas en que se presenta la riqueza en el mundo de hoy, así como en su composición y peso específicos, si lo que se pretende es avanzar por la senda del desarrollo económico sostenible. 



Los autores proponen un enfoque que va más allá del tradicional PIB (Producto Interno Bruto) como unidad de medida y proponen medir la riqueza total, la misma que estaría dada por la suma de tres tipos de capital: productivo (inversión en infraestructura y maquinaria), natural (comprende la explotación de los recursos naturales) e intangible (este último resultado del capital humano e institucional).



A fin de ilustrar el comportamiento de estos capitales en situación de crecimiento económico, el referido estudio presenta el caso de Bolivia que se muestra en el gráfico adjunto. De acuerdo con dichas estimaciones, Bolivia en lugar de crecer estaría decreciendo debido a que el ahorro neto (ahorro bruto menos las depreciaciones de capital fijo) sumado a los gastos en educación, son insuficientes para compensar la extracción de recursos naturales y los daños por contaminación, generando un ahorro genuino negativo. 

Ello significa que sin considerar los capitales natural e intangible (este último representado en el cálculo por las inversiones en educación), Bolivia habría crecido el año 2003, pero si se toma en cuenta dichos capitales el país habría decrecido.



Esta conclusión sugiere que el indicador de crecimiento que usualmente tomamos en cuenta en nuestros cálculos y proyecciones, es decir, la tasa de crecimiento del PIB, resulta engañoso, simplemente porque no estamos considerando el comportamiento de todos los recursos o capitales existentes en la economía a través del tiempo, así como tampoco su impacto. Al no proceder de este modo, no estamos empleando toda la gama de políticas económicas que sería necesario aplicar para aprovechar plenamente los recursos disponibles y conducir al país hacia una senda de desarrollo sostenible.



A fin de ilustrar la composición y peso específico de los capitales señalados, en la tabla adjunta se presentan los mismos para distintos grupos de países y países específicos. 


En la tabla se puede advertir que las variaciones son menores para el capital producido, pero si son altas para los otros dos tipos de capital. Ello significa, por ejemplo, que los países de ingresos altos dependen en escasa proporción de sus recursos naturales, mientras que el capital intangible (que comprende la educación, el capital institucional o gobernabilidad y el capital social o cohesión social) tiene un peso muy grande en la generación de la riqueza social. Por ello, el Banco Mundial sostiene que “los países ricos son ricos debido básicamente a la calificación de su población y a la calidad de las instituciones que sostienen la actividad económica”.
En el caso de Bolivia se puede apreciar el peso significativo que tiene el capital natural en la economía en comparación con los demás países, situación que exige una política de gestión del capital natural (que comprende los recursos renovables, no renovables, servicios ambientales) mucho más clara y consecuente que hasta ahora. 

Quizá la conclusión más importante de esta propuesta radica en la importancia de aplicar un enfoque integral a la política económica y a las cuentas nacionales que incluyan el medio ambiente y los recursos naturales, así como el capital humano e institucional, y se centre en la gestión del ahorro y en la eficacia de las inversiones. 

En este contexto resulta particularmente significativo tomar en cuenta la regla de sostenibilidad de John Hartwick, según la cual para alcanzar un nivel de ingresos sostenible los países deben invertir el total de sus rentas provenientes de la explotación de los recursos naturales (particularmente de los no renovables), lo cual pasa básicamente por sostener niveles significativos de impuestos y de control de los ingresos estatales. Esta última conclusión, a la luz de las demandas de los cooperativistas mineros de ser eximidos del pago de impuestos y de las pretensiones de los contrabandistas de evadir los aranceles aduaneros, nos muestra las enormes dificultades del país de alcanzar una senda de desarrollo sostenible. 

Más allá del carácter innovador e ilustrativo, el análisis del Banco Mundial no considera suficientemente la magnitud en que el cambio climático y los desastres están destruyendo la riqueza de las naciones, situación que afecta más gravemente a países que dependen en mayor grado de sus recursos naturales. Debido a los desastres, el cuadro expuesto anteriormente resulta aún mucho más crítico, lo cual no hace otra cosa que refrendar la exigencia de políticas económicas integrales que tomen en cuenta todas las formas de capital que disponen las economías, que incentiven decididamente todas las formas de generación de ahorros y velen por su cuidadosa inversión. 

Pretender que el crecimiento económico puede ser generado por unos capitales a expensas de otros, es sin duda un craso error que la humanidad está pagando muy caro por la vía del cambio climático y todas sus secuelas.


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 (*) Economista, analista político. El presente artículo fue publicado originalmente en El Diario de La Paz, Bolivia, el 22 de febrero de 2007, es decir hace ya 10 años. Se ha preferido mantener el texto en su formato original para mostrar la continuidad en algunas cuestiones, pese a que en los años transcurridos han surgido diversos temas que muestran por un lado la creciente problemática ambiental, y por otro, la necesidad, más imperiosa que nunca, de emplear no solo políticas públicas integrales, sino diversificar la matriz productiva y sembrar el gas, como base fundamental para poder optar por una vía sostenible de crecimiento. En la versión original no se publicaron el gráfico y el cuadro incluidos en la presente publicación. 



http://siteresources.worldbank.org/INTEEI/214578-1110886258964/20748034/All.pdf