24 marzo 2016

OBAMA EN LA ARGENTINA. SIN NOVEDAD EN EL FRENTE


 Carlos Rodrigo Zapata C.


Algunas de las opiniones del Presidente norteamericano Barack  Obama en ocasión de su visita a la Argentina, actualmente gobernada por el Presidente Mauricio Macri, muestran que las diferencias y las distancias entre su enfoque y el que se sustenta en América Latina se mantienen incólumes, es decir, no tienen visos de cambiar. Veamos.


*   “Lo que sí es cierto es que en los años 70 el reconocimiento de los derechos humanos…. era tan importante como luchar contra el comunismo”. “Hubo una maduración de cómo íbamos a tener nuestras relaciones en el exterior, si miran como pensaban las administraciones [en EEUU] en los años 30 – 60 y comparan con el actual modo de pensar… Una de las grandezas de EEUU es que hemos emprendido una dura autocrítica”.  (Conferencia de prensa, 36’)


Es evidente que la lucha contra el comunismo fue mucho más importante que el respeto de los derechos humanos, como se puede apreciar cuando se toma en cuenta que en los años 60, 70 y parte de los 80, la mayor parte de los países latinoamericanos estuvieron sometidos a gobiernos militares dictatoriales, todos con el apoyo de los Estados Unidos. 

Por otro lado, si bien es posible que haya habido algunos cambios en relación a los medios aplicados por las administraciones norteamericanas en las últimas décadas (se sustituyó las invasiones militares por inteligencia militar, por ejemplo), no se puede apreciar que las administraciones se hubieran sometido a una “dura autocrítica”, ya que los fines perseguidos permanecieron inalterados, en especial en lo referente a imponer la presencia y la injerencia de corporaciones norteamericanas que se han convertido en el principal ejército de ocupación del poder norteamericano en nuestra región


De modo que lo señalado en esta su afirmación no es más que una gran falsedad. 


*   "Todo lo que hacemos hoy en día ha sido concebido para tomar en cuenta lo que es la transparencia en los DDHH para poder hablar en voz alta con respecto a estos temas, aunque sentimos que no podemos…. imponerlos a los gobiernos”. (Conferencia de prensa, 38’)


Una afirmación categórica sobre un tema sumamente delicado. Los EEUU se caracterizan por no sumarse a los grandes consensos mundiales en materia de DDHH, lo que se puede comprobar cuando se observa que los EEUU hasta el día de hoy no han suscrito los convenios internacionales sobre DDHH de la NNUU. Los EEUU se niegan a sumarse a la segunda y tercera generación de DDHH, que se refieren a los derechos económicos, sociales y culturales, así como a los derechos de los pueblos. EEUU no ha ratificado el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y tampoco ha firmado el Protocolo relacionado con dicho Pacto, como se puede ver en los links adjuntos. [En relación con el Protocolo:  https://treaties.un.org/doc/Publication/MTDSG/Volume%20I/Chapter%20IV/IV-3- a.en.pdf; En relación con el Pacto: https://treaties.un.org/Pages/ViewDetails.aspx?src=TREATY&mtdsg_no=IV-3&chapter=4&lang=en ]
  
Más aún, los EEUU siempre andan a la caza de ámbitos de excepcionalidad para sus ciudadanos, sean militares, funcionarios o agentes, como si vivieran en otro planeta, donde los DDHH no los alcanzan. Mientras los EEUU no pisen el mismo planeta que los demás habitantes de esta tierra, será muy difícil que puedan comprender y compartir sus desafíos, sus anhelos, sus dificultades. ¡Vengan, súmense a nuestro mundo, salgan de su gran isla, compartan lo amplio de nuestras esperanzas y las estrecheces y limitaciones reales del mundo!

Por lo señalado, puede advertirse Sr. Obama, que es una gran mentira lo que ha afirmado y que  no está comprendiendo los reales alcances de su afirmación.
 
*    No podemos ser prisioneros del pasado con Latinoamérica”, sostuvo Obama y pidió hoy dejar atrás los “viejos debates” entre su país y Latinoamérica.  (Encuentro con jóvenes estudiantes enla Usina del Arte)

En este caso no se trata de ninguna afirmación, sino de un deseo, así quiero entender su manifestación. Para dejar atrás el pasado, no hay que ignorarlo o soslayarlo, porque lamentablemente el pasado muchas veces deja secuelas y consecuencias que no se pueden pasar por alto. Además, la mejor forma de dejar atrás viejos debates es resolverlos, esto es, negarlos dialécticamente, lo que significa negarlos doblemente, y ello pasa indefectiblemente por reconocer los problemas y los errores (primera negación) y seguidamente, por plantear soluciones viables y constructivas (segunda negación) que ayuden no solo a dejar el pasado definitivamente atrás, sino a construir un nuevo tipo de relación.
  
No se imagine Sr. Obama que porque encuentre en el camino gobiernos débiles u obsecuentes, que le permiten pasarse de largo del pasado o ignorarlo, que la región toda hará lo mismo o que ello será suficiente para “dejar atrás el pasado”. La injusticia nunca duerme, mientras perdure.

En conclusión, Sr. Obama es mucho lo que no se hizo, lo que se hizo mal, lo que no se reparó. Al cabo de su doble mandato y ya en vísperas de su conclusión, se ha dado una vuelta por la región, pretendiendo que ello permitirá reparar algo del ominoso pasado. No es con frases y amables visitas que se podrá alterar algo, verdaderamente. Es solo con trabajo concreto y duro que demuestre una voluntad de cambio, que de veras le permita a la autocrítica procrear nuevo futuro.  


Por lo que puede apreciarse, es poco, casi nada lo que puede esperar la región en los próximos tiempo de la potencia del norte que siempre da la impresión de vivir echando fuego, como un dragón cualquiera.