Carlos Rodrigo Zapata C.
"Catch up" ("dar alcance") o convergencia es la expresión empleada en
economía para referirse a países relativamente rezagados que tienen
amplias posibilidades de crecimiento, aprovechando la tecnología ya
desarrollada y aplicada por países relativamente más adelantados ("high
income countries"). De acuerdo a ello, los países más rezagados pueden
tener tasas de crecimiento muy superiores a las que registran los países
más adelantados. Se estima que Bolivia podría crecer a tasas superiores
al 8% dado su rezago económico relativo.
Como ejemplo se puede
mencionar a los países de menores ingresos en el mundo ("low income
countries") que han tenido una tasa media de 6% en los últimos años
(mayor que la registrada por Bolivia), habiendo entre ellos países que
han crecido incluso a tasas superiores al 15%. El caso de China con más
de 1300 millones de habitantes, un país de ingresos medios, también
ilustra magistralmente lo que aquí se anota, ya que ha combinado la
operación de "catch up" más colosal de toda la historia humana con un
desarrollo tecnológico propio, lo que en conjunto le ha permitido crecer
durante más de dos décadas a una tasa media de 10% anual (ver gráfico
adjunto).
En lo referente a las exportaciones, Bolivia ha
percibido en los últimos 9 años (2006-2014) un total de 75.000 millones
de dólares, un monto increíble para nuestro historial en materia de
exportaciones. Si tomamos en cuenta los ingresos por exportaciones de
los 9 años anteriores (1997-2005), vemos que el total de las
exportaciones fue de 13.600 millones de dólares, es decir, el 18% del
periodo actual. A fin de poder aquilatar la magnitud relativa de los
ingresos obtenidos en los últimos 9 años, se puede apreciar que
equivalen aproximadamente a UN SIGLO de exportaciones antes de 2006.
Ello significa que las arcas del país (o de los sectores sociales que
más se están beneficiando con las exportaciones) están repletas de
dólares y que lo que menos puede faltar son medios de pago, que ya han
catapultado las importaciones a niveles también inverosímiles en nuestra
historia, a 11.000 millones de dólares en 2014. Las importaciones en el
período 2006-2014 fueron de 58.075 millones de dólares, mientras que en
el periodo 1997-2005 fueron de 18.084 millones de dólares, equivalente
al 31% del periodo actual. Solo en diesel (que se expende subvencionado)
nos hemos gastado el 2013 un total de 920 millones de dólares.
De modo que (como destaca el Ministro del ramo en el link adjunto) no
existe ninguna razón para que Bolivia no continúe creciendo a ritmos
altos, pero que a nuestro juicio deberían ser aún mayores que los logrados hasta el
presente.
Las razones por las que el crecimiento ha sido tan
tímido en Bolivia en relación a las fabulosas oportunidades que hemos
tenido y en buena parte seguiremos teniendo, se hallan en:
- el enfoque
centrado en la industrialización de materias primas, que está
fortaleciendo el carácter de enclave exportador de materias primas que
caracteriza a Bolivia desde la colonia,
- el amplio descuido de la
diversificación productiva, en la ausencia de una política más eficiente
de gasto (que limite el gasto suntuoso y lo dirija a las inversiones),
- la falta de políticas que sustituyan subvenciones por bienes públicos
y colectivos,
- las muy bajas tasas de interés que han evitado una circulación más acelerada del excedente económico y contribuido a premiar la especulación inmobiliaria y las inversiones rentísticas en la construcción,
- la escasa superación de innumerables restricciones y
limitaciones que tiene el país como para facilitar las inversiones y la
creación de empleos en diversos sectores y regiones, así como
- la
falta de una política congruente de superación definitiva de la pobreza y
de distribución equitativa de ingresos.
El problema fundamental
es que hasta el presente no hemos sabido aprovechar las oportunidades
extraordinarias que hemos tenido como país.