Carlos Rodrigo Zapata
C.
El teleférico está
trayendo consigo varias revoluciones. Una de ellas se refiere al contacto entre
los habitantes de La Paz y El Alto, las principales urbes del departamento.
Posiblemente nadie
imaginó que el teleférico se convertiría, a pocas semanas de su puesta en
funcionamiento, en una suerte de tobogán o de atajo que le permitiría
principalmente a la población alteña trasladarse en media hora hasta la zona
Sur de La Paz, considerada por muchos como la mejor equipada de la ciudad.
Para comprender este
gran desplazamiento, particularmente masivo los fines de semana, es oportuno
tomar en cuenta diversos aspectos. Entre ellos cabe destacar que en poco tiempo
y a un costo relativamente bajo, se puede cambiar significativamente de
altitud, desde los 4100 msnm de la ciudad de El Alto -ubicada en el Altiplano
boliviano (más alto, casi inimaginable)-
hasta los 3400 msnm de la zona de Irpavi en la ciudad de La Paz,
localización de la última estación de la línea verde del teleférico. Este
cambio de altitud significa más oxigeno, menor esfuerzo físico.
A ello hay que
agregar que por cada 100 m. de diferencial en estas altitudes hay aprox. 1
grado centígrado de variación permanente en la temperatura ambiente, lo que
significa ganar algo así como 7 grados de temperatura, todo un cambio de estación
o de eco-región en pocos minutos. Como si ello fuera poco, en La Paz hay más
lugares de esparcimiento que en El Alto, más áreas verdes, todo lo cual
representa sin duda una gran oportunidad de distracción y paseo. Por cierto que
a ello se agrega la infraestructura del MegaCenter, ubicado a tres cuadras de
la referida estación de Irpavi (¡qué coincidencia!), que ofrece una gran gama
de atracciones.
Por todas estas y otras causas, podríamos
decir que nuestros vecinos de la ciudad de El Alto se harán presentes cada vez
más en la zona sur de la ciudad, simplemente porque de pronto están accediendo
a oportunidades de esparcimiento que no tienen ni podrán disponer en su propia
ciudad, particularmente por los limitantes eco-regionales señalados. Por ello,
desde esta modesta página, les digo a nuestros vecinos alteños en primer lugar,
BIENVENIDOS, que disfruten de su estadía y que sea una ocasión que nos permita
conocernos más y mejor.
¿Qué más podríamos
agregar a ello? Algunas reflexiones en torno al encuentro entre alteños y
paceños que nos ayuden a desarrollar una buena vecindad. Las quejas y protestas
en Irpavi contra el congestionamiento vienen ya de tiempo atrás,
particularmente desde la instalación del MegaCenter que ha alterado
notablemente el tráfico en la principal avenida que conduce a Irpavi. A ello se
ha agregado sin duda el flujo de pasajeros que está trayendo el teleférico, y
muy particularmente la gran cantidad de pobladores de El Alto que descienden a
la ciudad de La Paz como visitantes, ejerciendo una forma de turismo interno.
Lamentablemente las
obras de descongestión y desahogo relacionadas con el MegaCenter -en especial la Av Periférica- aún después de
varios años de au puesta en funcionamiento no están concluidas. A ello se suma
que el afán electoral de concluir obras precipitadamente en el teleférico ha
llevado a una planificación laxa, en lo que se refiere a la gestión del tráfico
vehicular y la circulación peatonal que, sin duda, no ha tomado en cuenta un
crecimiento abrupto y considerable de la cantidad de gente que está haciendo
uso del teleférico. Se mencionan estos aspectos porque es bueno señalar que se
empieza a dar una acumulación de causas que puede estar causando más
incomodidad en la población de la zona sur, en especial del barrio de Irpavi, y
que dicha incomodidad puede estar siendo atribuida muy rápidamente y de modo
exclusivo al creciente flujo de población alteña.
A ello se añade
también el propio comportamiento de la población alteña que está bajando semana
a semana a la zona sur de La Paz. Se puede mencionar varios impactos visibles,
resultantes de ello, como ser el aumento de la basura en las calles, el pisoteo
de áreas verdes públicas, el uso de veredas para descanso y consumo de bebidas
y comidas, y un aporte adicional a la congestión.
Seguramente una parte
de estos impactos podrían superarse si hubiera más basureros en las calles y
existiera en la inmediata colindancia con el MegaCenter algún área de descanso.
Lamentablemente nadie contó con estos impactos, tampoco la empresa del
teleférico ni la Sub Alcaldía de la zona Sur, por lo que por ahora existe una
evidente saturación de capacidades instaladas. De ahí a colegir que los alteños
se comportan de forma inapropiada, sin duda que resulta un exceso, ya que
seguramente todos –alteños y paceños, de la zona Sur o de la que quieran de
nuestra ciudad- actúan de modo similar
en situaciones similares.
De modo que no tiene sentido atribuir a otros lo que
cualquiera de nosotros haría en esas circunstancias, más aún teniendo en cuenta
que no somos japoneses, quienes si tienen la costumbre de llevarse la basura
que han generado (como se pudo observar en el mundial de Brasil, para asombro
del mundo entero!).
Lo mejor en este
contexto será pedir a la Subalcaldía y a la empresa del teleférico que tomen en
cuenta adecuadamente este fenómeno de movilidad humana masiva de fin de semana,
y pedirles a nuestro hermanos alteños que también pongan de su parte para
lograr establecer un encuentro lo más armónico y mutuamente enriquecedor para
todos.
Finalmente, resulta
interesante señalar otras revoluciones que estaría causando el teleférico. Una
de ellas está relacionada con la declaración de Ciudad Maravilla a la ciudad de
La Paz que seguramente contribuirá a poner a nuestra ciudad en los mapas de más
operadores turísticos y turistas. Me pregunto si La Paz habría logrado ese
nombramiento -que por lo demás es altamente simbólico, pero con un gran
contenido comercial- sin el teleférico.
Mi respuesta es que no, pues La Paz con el teleférico y esa distinción se
convierte súbitamente en el mensajero más eficaz para vender teleféricos en
todo el mundo. ¡Salud a quienes armaron esta estrategia de marketing!
Otra revolución en
marcha está por cierto en el sector del transporte. Las líneas actuales –Roja,
Amarilla y Verde- contribuyen a paliar
el drama de nuestro transporte de cada día, pero no a solucionarlo. Se
anuncia ya la instalación de varias otras líneas más. Por ahora se observa que las áreas
directamente servidas por las líneas del teleférico están aprovechando y
disfrutando de este novedoso medio de transporte masivo, lo cual facilita y
beneficia a la población notablemente. Dada la topografía extraordinariamente
accidentada de la ciudad de La Paz, y la enorme dificultad de acceder a sus
diversos rincones por vía terrestre, sin duda que la instalación de nuevas
líneas contribuirá adicionalmente a hacer del transporte un problema menos en
esta nuestra ínclita ciudad.
Mi deseo es que las
nuevas oportunidades que ha traído el teleférico sean adecuada- e integralmente
implementadas, no sean manoseadas y sean bien aprovechadas en beneficio de
todos.
¡Salud La Paz, crisol
de nuestra bolivianidad!