Carlos Rodrigo Zapata C. (*)
“….una sociedad que no está bien informada no es plenamente libre”
CIDH Consultiva, 1985
Una de las
conquistas más formidables de las sociedades humanas ha consistido en la
creación de sistemas de medios de comunicación, que les permiten acceder a
información básica para articular sus planes de vida, condición esencial para
una convivencia humana pacífica. De ahí que velar por el adecuado
funcionamiento de dichos sistemas es una tarea fundamental en toda sociedad
empeñada en preservar los valores de la libertad, la igualdad, el respeto, el
diálogo y la participación.
El asunto clave es, ¿qué
deben hacer los medios de comunicación para cumplir adecuadamente su misión?
Ahí se plantea las preguntas por la función que les corresponde desempeñar a
los medios y por la mejor forma de hacerlo.
Si examinamos la
forma en que los medios de comunicación en Bolivia cumplen su función, descubrimos algunos
rasgos peculiares que impregnan su carácter. Por un lado se observa una
actitud, excesivamente moralizante, consistente en saber siempre y de antemano
lo que es bueno para la sociedad, así como en asumir roles y
representatividades que no les corresponde a los medios de comunicación. Por otro
lado, se aprecia una tendencia a
redundar en los mismos temas, a considerar que la crítica a la gestión
gubernamental, por ejemplo, ya permite cumplir dicha función. Sin duda es
fundamental someter a continua observación y fiscalización a la gestión pública,
ya que se constituye en uno de los eslabones cruciales de organización de la
vida en sociedad. El problema es que la concentración en ello ha conducido a
desentenderse y descuidar muchos temas y asuntos de importancia significativa
para la sociedad.
A fin de comprender
mejor cómo asumen su tarea los medios de comunicación en Bolivia, veamos algunos
temas fundamentales, completamente descuidados por los medios de comunicación.
· Ética
mínima: ¿Cómo puede entenderse una sociedad pluricultural,
donde coexisten diversas culturas que deben realizar grandes esfuerzos para
poder engranar entre si y hacer de dicha diversidad un motor del desarrollo y
de la cohesión social? Una forma de hacerlo es la de priorizar un conjunto mínimo
de valores fundamentales (la ética mínima de A. Cortina) que puedan ser comúnmente
aceptados por dicha diversidad cultural, ya que dicho conjunto se constituye en
la base de la convivencia y además no implica ni exige que nadie renuncie a sus
propios valores.[1]
Pregunta: ¿en qué medida y de qué manera los medios nos han ayudado a discernir
en torno a estos asuntos, han dado la atención que merecen estas cuestiones,
han formulado ideas o sugerencias? Este es sin duda uno de los asuntos
capitales de la viabilidad nacional: ¿cómo superamos nuestro archipiélago cultural
boliviano, cómo logramos reconocernos mutuamente, valorarnos y respetarnos?
·
Los
fundamentos de la democracia: ¿Cómo hacer un seguimiento al grado y la
medida en que la democracia se afianza en Bolivia o, por el contrario, se va
aguando y convirtiendo en un mero ritual electoral? Existen esquemas muy
importantes como para hacer ese seguimiento, que toman en cuenta diversas
características de la democracia, como el ofrecido por Robert Dahl sobre la
poliarquía. Aquí no se trata de tomar este esquema al pie de la letra, sino de
considerar diversos enfoques como para valorar y apreciar, cómo vamos en el
desarrollo de nuestro sistema democrático, pues sin democracia o con una
democracia desvirtuada, como es la democracia oligárquica heredada del pasado,
no podemos pretender que se tomen en cuenta las demandas ciudadanas de modo
orgánico y oportuno. “Necesitamos la democracia como el aire para respirar”,
decía Gorbatschov.
· Las
fuentes de la riqueza de las naciones: No recuerdo haber
encontrado en los medios de comunicación, análisis referentes a la forma de
medir nuestra riqueza de modo integral, donde la figura del PIB (Producto
Interno Bruto) sigue siendo el indicador fundamental. Rara vez se toma en
cuenta otros indicadores (como los de desarrollo humano) y prácticamente nunca
sobre el estado de los recursos naturales. De ese modo puede dar la impresión
que desde el punto de vista de una contabilidad parcial, Bolivia presenta
algunos avances, cuando desde la perspectiva de una contabilidad más integral
de nuestros recursos el resultado puede ser muy distinto, tal como lo ha
destacado un estudio del Banco Mundial intitulado, Where is the Wealth of Nations? (¿Dónde se encuentra la riqueza de las
Naciones?). [2]
·
La
gestión pública: La gestión pública no es posible sin la participación
de la prensa, pues los medios de comunicación tienen en su poder un eslabón
clave de la misma, que consiste en informar oportunamente a los destinatarios
de dicha gestión. Debido a las continuas reyertas entre medios y gobierno y a
la inadecuada cobertura de la gestión pública por parte de ellos
-independientemente de las críticas que pueda merecer la misma- el Gobierno ha
optado por construir su propio sistema de medios, lo cual ha afectado la capacidad
de la sociedad de mejorar sus bases de convivencia. ¿Cuándo, en qué medida y
con qué frecuencia esta temática ha sido un asunto de preocupación de nuestros
medios? La respuesta la tiene usted, amigo lector.[3]
· Bienes
públicos y colectivos: Una de las condiciones indispensables para el
desarrollo económico, social y ambiental es la producción de bienes públicos y
colectivos, sin los cuales la misma producción de bienes privados se ve
impedida u obstaculizada. No conozco que en los medios de difusión se hubiera
consignado esta temática como una de las fundamentales a tener en cuenta. Lo
mismo sucede con los bienes comunes y los bienes públicos globales, por citar
sólo otros casos de realidades y categorías de pensamiento fundamentales para
organizar nuestra convivencia. Aquí vale la pena recordar la sentencia: “Pensamos
con conceptos” (Rubinstein) y si no los tenemos, no podemos reflexionar sobre
todo ello. [4]
· Cultura
ciudadana: Cómo crecer y educarnos de modo integral, cómo poner
al alcance del ciudadano nuevos esquemas de actuación, nuevas categorías de reflexión,
nuevos estilos de convivencia, si ni siquiera los proponemos. Aquí me parece
fundamental recordar los planteamientos de Antanas Mockus, ex Alcalde de Bogotá,
quien ha propuesto un sistema integral para el ejercicio de la cultura
ciudadana, orientado a superar
el divorcio de los tres principales ejes que regulan la conducta ciudadana,
esto es, el legal, el moral y el cultural, valiéndose para ello de la
comunicación (que él llama “interacción intensificada”). [5] De cuanto beneficio sería para la sociedad conocer en detalle todo ese
esquema, que seguramente nos permitiría mejorar nuestros propios estilos y
formas de convivencia, sólo podrá saberse cuando nos atrevamos a hacerlo y
contemos con un aliado clave para avanzar sólidamente en un proceso de
transformación serio y maduro: la prensa.
· Los
cambios en diversos asuntos: Más allá de las temáticas desatendidas o
superficialmente tratadas, puede advertirse otro rasgo de los medios de
comunicación, consistente en no reflejar adecuadamente los cambios que se van
suscitando en el país. Este asunto es de trascendental importancia, ya que la
sociedad requiere continuamente modificar sus pautas y criterios para ajustar
sus propios planes de vida, pero ello exige información, un sistema de
comunicación capaz de reconocer y registrar los cambios fundamentales que
acaecen continuamente. Seguramente una afirmación de este tipo es muy general,
pero es necesario reflexionar sobre esta cuestión seriamente. Un ejemplo: La
temática de riesgos, luego de décadas de desastres, sigue siendo tratada casi
exclusivamente desde la perspectiva del desastre y casi nunca desde la
perspectiva de la prevención, porque tampoco se ha difundido suficientemente el
hecho que los desastres son esencialmente producto de la obra humana, por lo
que si el ser humano puede construir el riesgo que suele convertirse en
desastre, también puede desactivarlo oportunamente con políticas de prevención.
Pero de todo ello casi no se encuentra nada en los medios de comunicación que
descuidan muchos temas y asuntos, y tampoco registran de modo oportuno los
cambios que acontecen.
En este marco, es
indispensable formular algunos lineamientos básicos que deberían ser considerados
por los medios de comunicación, ya que reflejan necesidades cada vez más
sentidas. El primero y fundamental es comprender plenamente la misión, el rol,
la función esencial que tienen los medios de comunicación para organizar los
sistemas de vida, aprovechar mejor las oportunidades y responder convenientemente
a los cambios.
En este sentido, los
medios de comunicación tienen un poder extraordinario para orientara a la
sociedad en torno a esquemas de convivencia humana particularmente pertinentes
para nuestra formación social. ¿Cuáles son las teorías, prácticas, encuadramientos,
modos de organización de la acción colectiva que verdaderamente son eficaces
para orientar, organizar, encaminar la acción de la sociedad sobre sí misma? Ese
es el tema de fondo para reestructurar la función o rol de los medios de
comunicación en una sociedad abierta, democrática, con amplia y creciente
participación ciudadana. Y el primer peldaño de esa tarea radica en no
descuidar temas y asuntos críticos para el país, para la sociedad, para el
devenir nacional.
El sistema de medios
de comunicación que deseamos es uno que refleje nuestras oportunidades,
potencialidades y dificultades, así como nuestras luchas e incomprensiones,
pero también nos ayude a perfilar y vislumbrar soluciones adecuadas. Por
sobretodo, que sea partidario inclaudicable de la paz, pertinaz y constante en
el seguimiento de los hechos que acontecen en el país, aliado incondicional de
soluciones y estructuras sostenibles, provocador en materia de ideas y nuevas
sendas. ¡Basta de enfoques moralizantes, cansinos, repetitivos, faltos de ideas
y de propuestas! Sabemos que los medios de comunicación no son responsables de
todo ni son los únicos actores en la sociedad, pero tienen un rol vital
particularmente en materia de construcción de visiones, de integración de miradas
y perspectivas, de concentración de esfuerzos.
¡Atrevámonos a tener un sistema de medios de comunicación a la altura de lo que somos y aspiramos!
¡Atrevámonos a tener un sistema de medios de comunicación a la altura de lo que somos y aspiramos!
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(*)
Economista y planificador regional. Este artículo es una continuación natural
del intercambio que tuve con Javier Darío
Restrepo, Director del
Consultorio Ético de la FUNDACIÓN NUEVO PERIODISMO IBEROAMERICANO (FNPI),
dirigida por el célebre escritor Gabriel García Márquez, en torno al papel de
los medios de comunicación. Dicho intercambio puede verse en el siguiente link: https://yapukamani.blogspot.com/search?q=rol+de+los+medios
[1] Véase: http://es.scribd.com/doc/93495708/Adela-Cortina-Etica-Minima
[2] Véase:
http://blogs.worldbank.org/developmenttalk/where-is-the-wealth-of-nations
[3] Véase:
http://yapukamani.blogspot.com/2009/05/gestion-publica-legitimidad-y-prensa.html
[4] Véase:
http://www.fmbolivia.com.bo/noticia47451-leyes-de-la-gravedad-en-la-economia-y-estrategia-de-desarrollo.html