¿Qué hacer ante la fiebre de
presidenciables?
Carlos Rodrigo Zapata C.
Dado que la consciencia de los políticos no
funciona y la ley no limita la cantidad de partidos o frentes (está claro que
las restricciones y sanciones existentes no son desincentivos suficientes para
limitar su proliferación), la pregunta es cómo unir al electorado, de modo que
se puedan reducir los efectos negativos derivados de la avalancha de
candidatos.
Lo bueno del asunto es que hay salidas, como
veremos a continuación.
Lo primero es identificar los peligros que enfrenta
el país, de modo claro y desembozado. Sin ello, podríamos creer que las cosas
no son tan patéticas como se las pinta y que en el camino ya se arreglarán las
cargas o que bastaría con unirse en la segunda vuelta. Lo segundo es
identificar las vías y alternativas que existen para enfrentar esta
circunstancia, además ya probadas en nuestro medio.
LOS
PELIGROS
El mayor peligro es que el usurpador insaciable,
que instruyó toda clase de desmanes para convulsionar del país, pueda volver al
poder, sea por interpósita persona o desde algún espacio clave desde el que pueda
manejar el país o incidir fuertemente en su conducción.
En el primero de estos casos sostenemos que una victoria
del MAS sería destructiva para la nación boliviana, simplemente porque el MAS
no apunta a la construcción nacional, sino a la división del país, a la
confrontación fratricida, pues no tiene ningún discurso, respuesta ni propuesta
para unificar el país que al mismo tiempo les permita seguir al mando del país.
Si lo tuvieran, seguro que serían grandes animadores de la unidad nacional y no
los sembradores de odio que han demostrado ser. En este marco, el usurpador podría
asumir un grado tal de poder que definitivamente sería el amo y señor del país.
Me imagino en este escenario que el señor Arce Catacora podría dedicarse a
viajar por el mundo y dar charlas sobre su fabuloso modelo.
En el segundo caso el panorama es un poco más complicado,
pero no menos efectivo. El usurpador de marras se postula a senador (tal como
ya lo ha anticipado y algunos constitucionalistas dicen que no tendría ningún obstáculo,
aunque otros lo niegan) y gana la mayoría o incluso dos tercios de la cámara.
Esta opción sería pan comido para este personaje gracias principalmente a la oposición que parece empeñada en dividir
el voto de modo indecible, por lo que le será muy fácil al MAS acaparar la
mayoría de escaños en dicha cámara. Bastaría con la primera mayoría de votos de
los senadores para que el usurpador pueda ser elegido presidente del Senado, y
por tanto responsable de aprobar las leyes.
En este marco, el gobierno que salga elegido tendrá
demasiadas dificultades para gobernar. Se vería orillado a gobernar a punta de
decretos y a actuar cada vez más de modo autocrático, lo cual significaría para
el MAS una campaña gratuita durante los siguientes 5 años, de modo que el
usurpador y sus secuaces podrían reasumir el poder el 2025 para encabezar las celebraciones
de nuestros 200 años de independencia, poniendo de este modo en el gobierno al
partido que más sañudamente nos ha entregado a toda clase de fuerzas extrañas.
¡Grandioso aniversario!
Los peligros suman y siguen. También podría ocurrir
que la oposición quede tan fragmentada que sea casi imposible articular algún
consenso. En este caso, sin hacer nada, el MAS tendría la llave de la gobernabilidad,
pues incluso podría hacer un pacto con el frente ganador para cogobernar.
De modo que sea por la puerta, la ventana o el sótano el MAS se inmiscuirá en
la gestión gubernamental, nos guste o no, como forma de preparar su retorno a
más tardar en 5 años.
¿Más peligros? Si, lamentablemente, muchos más. Una
situación de ingobernabilidad llevará a acentuar los fraccionamientos y
disputas sociales, al extremo de avivar confrontaciones y profundizar las diferencias
que han vuelto a aflorar con gran fuerza. No olvidemos que el racismo, la
discriminación y las desavenencias sociales tienden a multiplicarse cuando
existe inestabilidad gubernamental.
Una fuerza omnipresente, que al mismo tiempo se
niega a dialogar y construir consensos, que se ocupa de boicotear todos los días
la gestión gubernamental y que está ahíta de copar espacios e imponer su voluntad,
¿estará interesada en construir un destino compartido, elegir objetivos y metas
comunes y trabajar conjuntamente por alcanzarlos? Ni en sueños, al menos mientras
la dirigencia que ha estado al frente del MAS en los últimos 14 años siga ocupando
esas esferas. Si se quiere tener un retrato completo de cómo este tipo de
fuerzas destructoras del devenir nacional suelen actuar, es oportuno revisar la
experiencia de Nicaragua y de cómo el clan Ortega-Murillo planeó y ejecutó su
programa de recaptura del poder.
[Ver el caso de Nicaragua: https://yapukamani.blogspot.com/2018/12/otra-cosa-muy-distinta-era-que-una.html]
El mayor
peligro
El peligro más acuciante proviene de una combinación
absolutamente nefasta para la democracia y la estabilidad del país compuesta
por sesgos electorales, la división del voto y el parcial abandono de la
proporcionalidad por parte de la ley electoral. Veamos brevemente cada uno de estos puntos. Los
sesgos tienen que ver con el hecho que el voto en unas circunscripciones
vale mucho más que en otras debido al muy distinto tamaño de sus poblaciones
electorales.
[Para elecciones anteriores puede observarse estos extremos en: ¿Democracia oligárquica o democracia responsable? http://www.bolpress.net/art.php?Cod=2009041306; ¿Otra vez por las huellas de la “democracia oligárquica”? https://yapukamani.blogspot.com/2009/04/otra-vez-por-las-huellas-de-la.html; Democracia: ¿Caballo de Troya contra los pueblos? https://yapukamani.blogspot.com/search?q=democracia+olig%C3%A1rquica&max-results=20&by-date=false ]
[Para elecciones anteriores puede observarse estos extremos en: ¿Democracia oligárquica o democracia responsable? http://www.bolpress.net/art.php?Cod=2009041306; ¿Otra vez por las huellas de la “democracia oligárquica”? https://yapukamani.blogspot.com/2009/04/otra-vez-por-las-huellas-de-la.html; Democracia: ¿Caballo de Troya contra los pueblos? https://yapukamani.blogspot.com/search?q=democracia+olig%C3%A1rquica&max-results=20&by-date=false ]
Por ejemplo, en la CU 63 de Pando bastaron 5790
votos para ganar un escaño, mientras que en la CU 11 de La Paz se necesitó 73.846
votos para ganar otro escaño similar. La
diferencia son 12 veces entre una y otra CU, lo cual significa demeritar y
degradar el peso y el valor del voto de una gran parte del electorado. Si tomamos
en cuenta la circunscripción especial de Oruro, donde se obtuvo un escaño con
368 votos, la diferencia respecto de la CU 11 de La Paz llega a ser de 200
veces. Eso significa que con pocos votos estratégicamente obtenidos –a eso se
debían los traslados de población, por ejemplo– se puede lograr una gran
cosecha de diputados.
La dispersión del voto permite a su vez que la fuerza más votada obtenga un rédito o renta electoral extraordinaria, gracias a la división de las demás fuerzas. Recalculando la votación para la gestión 2014 hemos mostrado que la división de las fuerzas de oposición al AS permitió que ese partido obtenga los dos tercios de escaños en ambas cámaras, lo que le dio alas para hacer y deshacer nuestro país a su regalado antojo.
La dispersión del voto permite a su vez que la fuerza más votada obtenga un rédito o renta electoral extraordinaria, gracias a la división de las demás fuerzas. Recalculando la votación para la gestión 2014 hemos mostrado que la división de las fuerzas de oposición al AS permitió que ese partido obtenga los dos tercios de escaños en ambas cámaras, lo que le dio alas para hacer y deshacer nuestro país a su regalado antojo.
[Ver: CÓMO LA DIVISIÓN DE LA OPOSICIÓN LE REGALÓ LOS 2/3 AL MAS EN LAS ELECCIONES 2014, https://yapukamani.blogspot.com/2019/07/recalculando-los-resultados-de-las.html]
Eso ocurrió “gracias” a dos partidos que superaron la valla del 3%. Me pregunto qué sucederá ahora con 8 o 9 frentes en disputa.
Si tomamos en conjunto ambos extremos, es decir, tanto el sesgo electoral como el voto disperso, estimamos que con aprox. 30% de los votos se puede lograr la mayoría en ambas cámaras. Teóricamente sería posible lograr ese resultado con un porcentaje aún menor de votos. Eso significaría aprovechar al máximo todos los sesgos existentes, lo cual en la práctica es muy difícil que suceda.
El tercer factor mencionado es la ley electoral.
Desgraciadamente la ley electoral ha roto con el esquema de proporcionalidad al
permitir que un partido que obtiene más diputados uninominales que los que la
proporcionalidad le permite, puede retener dichos escaños. De esta manera se rompe
con esa regla, de modo que por ejemplo si un partido obtiene el 30% de los
votos, aprovechando de esta regla podría lograr más del 50% de los escaños en ambas
cámaras.
El artículo
clave se halla en la Ley 026 del Régimen
Electoral, Artículo 59. (ASIGNACIÓN DE ESCAÑOS PLURINOMINALES).
¿Unirse en segunda vuelta?
Equivale a intentar
apagar el fuego cuando la casa ya está en llamas o tratar de reducir los
riesgos o contener las amenazas cuando el desastre ya se desató. Demasiado
tarde. El daño, posiblemente irreparable, ya estará hecho.
El problema es
que actuando cada frente político de modo aislado e independiente, sin tomar en
cuenta la coyuntura, se debilita cada participante y el conjunto de ellos
frente al común adversario, ansioso por retomar el poder. Dado que en la
primera vuelta se define el peso que cada frente político tendrá en la Asamblea
Legislativa y que la segunda vuelta solo es para elegir el nuevo gobierno, éste
deberá ver cómo vive o convive con la composición de escaños que le ha tocado.
A más tardar en ese instante el nuevo gobierno comprenderá que está con las manos
amarradas y está en poder del mAS que con mucha probabilidad obtendrá la
primera mayoría en ambas cámaras.
Por lo señalado,
la unión de fuerzas políticas tiene que darse antes e concurrir a la primera
vuelta. No se trata de que el nuevo gobierno pueda subsistir, sino que pueda
gobernar plenamente sin tener que dedicar demasiadas energías a contener y morigerar
a adversarios feroces, que solo piensan en sus propios beneficios. Si para producir
esa unidad se recurre a alianzas, pactos, compromisos o a renuncias antes de la
primera vuelta, no es lo determinante. El asunto es actuar a tiempo. Todo el
esfuerzo que el electorado nacional pueda hacer a posteriori será de contención
parcial, pero la gobernabilidad quedará seriamente comprometida.
Más peligros
También es indispensable señalar que existen muy
pocos indicios sobre la posibilidad que emerja un MAS democrático, capaz de
apegarse a las leyes, que respete la independencia y equilibrio de poderes, que
se desmarque claramente del narcotráfico y que no apunte al extractivismo y las
prebendas. No tiene ningún plan ni propuesta seria para el desarrollo del país,
menos para resolver sus graves problemas. Si los tuviera, en 14 años
seguramente los habríamos conocido.
Ello significa que todos estos sesgos, divisiones,
licencias legales y perdidas sustanciales de proporcionalidad que se han ido
introduciendo maliciosamente en nuestra legislación y en nuestras prácticas
electorales, se han convertido en una gran amenaza a la estabilidad y tranquilidad
del pueblo boliviano, ya que al frente se ha instalado un enemigo de nuestro
futuro. Por ello, no es posible hacer ningún tipo de concesión y cada boliviano
debe constituirse en un garante y un baluarte en la defensa de nuestra heredad
nacional.
En suma, toda concesión al enemigo declarado de
Bolivia, el usurpador angurriento y su banda, es un atentado directo a nuestro
futuro, a la posibilidad de construir un destino común y compartido. No entenderlo
de este modo sería simplemente una gran intransigencia o una vil traición a la
patria boliviana.
FORMAS
ALTERNATIVAS DE UNIDAD
La desconfianza en la democracia representativa –que
se basa en elegir a representantes que hablen por el pueblo– en nuestro país es
de vieja data. No obstante, los pueblos siempre se dan formas de encarar las
cosas, a fin de poder subsistir ante soluciones inadecuadas o ineficientes. Veamos
las formas que han surgido en nuestro medio.
Usar
la democracia como los ayllus y comunidades aymaras
La solución es muy simple, pero efectiva. Las
organizaciones locales o regionales más osadas buscan acuerdos con partidos
políticos que les permitan poner de candidato a su dirigente en la lista del
respectivo partido. En caso que lo logren, el respectivo dirigente se inscribe
en el partido y todos los miembros del ayllu, provincias o municipios, según
sea el ámbito territorial de agregación, votan por el partido respectivo. De
ese modo logran contar con su representante y aseguran su presencia en los niveles
de toma de decisiones del país. Al menos les sirve para que no los olviden.
Esta misma lógica, aunque con menor alcance la ejercen
y practican los sindicatos, imponiendo el voto consigna. Este mecanismo también
se utiliza en la dirección contraria, es decir, es el partido el que impone
acuerdos y controla el voto uniforme por el
candidato que haya sido acordado, aunque muchas veces también es impuesto por
el partido. Esta modalidad es la que ha usado el MAS en muchas regiones, ejemplarmente
en el Chapare.
Dado que existe el antecedente que en algunas
ocasiones los ayllus y otras organizaciones territoriales han recurrido a este mecanismo,
es imaginable que se puedan establecer dichos acuerdos. Dado que los tiempos ya
no dan para largas negociaciones y acuerdos
que incluyan a sus dirigentes o representantes, los acuerdos serán en torno a
obras muy concretas. También podría darse en base a apoyar al candidato que mejor
se perfile en las primeras semanas de campaña. Pero mejor acuerdos previos, que
intenciones meramente voluntaristas.
El
voto consciente
Otro mecanismo que se puso de manifiesto en las
elecciones anuladas de octubre del 2019 ha mostrado que el electorado actuó de modo
extremadamente consciente y racional, mucho más que los mismos políticos, al punto
que plazas en las que se decía que, por ejemplo, CC no tendría mayor apoyo,
terminó ganando, como es el caso de Santa Cruz, claro, siempre que les demos algún
crédito a los datos que llegaron a publicarse antes que se ponga de manifiesto
el manoseo de la voluntad colectiva.
Lo electores lograron plasmar en las urnas la
unidad que los políticos fueron incapaces de gestar. Esta fue la puesta en
escena que hicieron LAS PITITAS antes de salir al escenario, pues ya ahí se
puso de manifiesto ese voto consciente y responsable de modo categórico, único
en nuestra historia democrática. Si bien se recurrió a la figura del “voto útil”,
una idea muy próxima al arreo y la falta de convicciones, el electorado actuó
colectivamente de ese modo, pese a que no pocos tuvieron que dejar de lado sus
primeras preferencias. Esa es una muestra de las enormes diferencias que
existen en el país, pero también de la voluntad existente para tratar de capear
los temporales, producto en este caso de esa nefasta combinación de tsunami masista,
politiqueros arribistas y peligrosos sesgos electorales.
CONCLUSIÓN
De modo que quedan claramente expuestos y señalados
los peligros que enfrenta el país en la actual coyuntura, así como también las vías
que se han usado exitosamente en el país –la seguida por los ayllus y otras
agregaciones sociales y la del voto consciente-, aunque estas mismas vías han
servido para imponer una disciplina electoral que raya en la conculcación del
derecho a decidir.
No estamos perdidos, pero estas maniobras probablemente
nos permitirán evitar un desastre mayor, cuando en estos momentos, y luego de la
experiencia vivida en los últimos 14 años, deberíamos ir a por todo, pero
nuestros políticos que se creen todos presidenciables e imprescindibles y no nos
pueden ni aclarar siquiera cuál es el fondo de la problemática nacional,
prefieren que actuemos como mendigos de nuestras propias posibilidades.
Como siempre y desde siempre, que Dios nos auxilie,
porque nosotros solos no nos damos abasto.