Carlos Rodrigo Zapata C.
Es para no creer lo que dicen los periódicos: El PPB no se explica por qué el MAS logró amplia votación en Bolivia, mientras que uno de sus líderes “admitió que la oposición ‘no entiende qué pasó’ y por qué la clase media le ratificó su apoyo al MAS”.
¡Qué ceguera, qué estrechez mental! Ni siquiera los anuncios previos sirvieron para ver las cosas desde otra perspectiva: el referéndum revocatorio nos dio claramente la pauta de lo que piensa el país, pues en esa oportunidad Evo logró el 67,4% de los votos. Y ese resultado, casi idéntico al actual, ocurrió hace casi año y medio, tiempo en el cual la oposición no sólo empeoró y desmejoró ostensiblemente su imagen y su accionar, sino que demostró en los hechos una inmensa incapacidad para interpelar a un líder en la cresta de la ola y mucho menos a un vigoroso proceso en marcha.
¿Qué hechos muestran eso? Pues, sus intentos de asonada, de defender lo indefendible con asaltos, arrebatos y matanzas, su gran incapacidad de comprender que el país (re)quiere un cambio profundo, su falta de propuestas, de líderes alternativos, de reflexión sobre el país, de querer un país nuevo, con todos incluidos.
Posiblemente será necesario preguntar, ¿qué propuesta discutible tiene la oposición, qué programa de gobierno ha formulado, cómo espera que podría realizarla, qué sectores sociales podrían respaldar esas propuestas, con qué apoyos internos y externos cuenta? Pese a que acaba de concluir la contienda electoral, no creo que haya algún “político” opositor que pueda responder a estas preguntas, menos un ciudadano común, por informado que se sienta.
En cambio, si se les preguntara a los opositores, qué hace mal Evo y su gobierno, qué debería enmendar, qué futuro nos espera al cabo del largo Evo que tenemos por delante, obtendríamos una y mil respuestas que nos mostrarían diversas falencias que efectivamente puede registrarse y advertirse, pero también una cantidad no menor de especulaciones que sólo mostrarían, una vez más, la liviandad con que se ha tomado las cosas la oposición.
La pregunta, la tremenda pregunta es: ¿y por qué no reacciona el pueblo boliviano ante todas esas falencias e insuficiencias que es posible advertir y registrar, qué le hace actuar a un pueblo de esa manera, hasta qué punto le han lavado el cerebro para que siga votando a favor de quien le genera tantos problemas? La respuesta es aún más tenebrosa: porque quiere respuestas, porque se hartó de partidos y políticos inútiles hasta para plantear propuestas, porque todas las falencias e insuficiencias que se puedan registrar siguen siendo menores, ínfimas, en comparación a todas las falencias y estafas que le ha tocado vivir al pueblo por décadas, porque estamos gestando un movimiento muy propio, nacido de las entrañas del pueblo, porque estamos empezando a mirarnos de frente, a reconocernos, a saber quienes habíamos sido en este nuestro archipiélago de localismos, incapaces de reconocernos como herederos de unos mismos padres, héroes y luchadores, en fin, porque ahora estamos aprendiendo a caminar erguidos, como expresión de nuestro orgullo y respeto a nosotros mismos.
Sentirse súbitamente apartado del poder y marginado de este proceso de cambio en marcha, es triste, patéticamente triste, pues los dueños del país nunca se imaginaron ni se pusieron en ese escenario, de tan dueños que se sentían del mismo.
Ya vendrán los tiempos de reflexión, de contrición y de arrepentimiento, pero también de retorno a la realidad en aquellos casos que su patriotismo, su amor por el país, por su gente, su futuro, sean más grandes que todas sus frustraciones y orfandades. Estoy seguro que el corazón del pueblo es mucho más grande y noble que lo que hoy por hoy la oposición es capaz siquiera de imaginar.
El camino de retorno del hijo pródigo es aún largo, ojalá que lo encuentre y no quede extraviado en los senderos de su propia miopía y sus rencores.
(*) Economista, analista político
25 diciembre 2009
07 diciembre 2009
El Presidente Morales ha sido reelecto abrumadoramente
Por Carlos Rodrigo Zapata C.
Global Consultores, Gerente de Estudios y Proyectos
EL MAS obtuvo dos tercios de los escaños parlamentarios, y de modo también absolutamente inédito, habría logrado ese resultado en cada una de las cámaras.
Ese resultado le confiere al Presidente reelecto Evo Morales poderes totales, lo cual significa que dependerá más de su voluntad de diálogo, y por cierto que de la capacidad de bloqueo de sus adversarios y de plantear propuestas en beneficio de las mayorías nacionales, el grado y la medida en que el frente gobernante tome en cuenta la opinión de la minoría.
La debilidad congénita de la oposición ha quedado absolutamente refrendada de varias maneras. Primero, por la muy baja votación alcanzada por el conjunto de ella, que no llega a un tercio de la votación total. Segundo, el hecho que la mayor parte de los frentes postulantes no ha obtenido ni un solo punto porcentual, pues los votos alcanzados no les permiten llegar ni a ese guarismo. En este marco, debe destacarse la renuncia de los candidatos a la vicepresidencia en dos de dichos frentes, así como el abandono de candidaturas de muchos de sus postulantes, lo cual da una señal clara que ni los mismos participantes se daban ningún crédito. Tercero, las propuestas opositoras han sido elaboradas más como requisito a cumplir que con la intención de proponer alguna variante al proceso de cambio inaugurado e impulsado por el Presidente Morales. Cuarto, la propuesta de PP no era otra cosa que una convocatoria a los sectores desplazados del poder a mantenerse unidos en la defensa de sus intereses, mientras que la de UN, sin ninguna base social y sin lograr dirigir su mensaje a ningún sector social en particular, cae en un anodina propuesta de producir productos biológicos que, además de ingenua, peca de poco viable e insostenible.
Pero otra novedad de esta contienda es que se ha dado una suerte de solución binominal en la distribución de escaños al senado entre el oficialismo y la oposición, ya que el total de ellos se ha repartido entre la fuerza ganadora y la segunda fuerza, lo cual no refleja la congénita debilidad de la oposición, sino lo barato que le ha resultado a la oposición hacerse de un tercio del senado, aún con la muy baja votación alcanzada. Recordemos que el régimen binominal se da en Chile, donde la primera fuerza obtiene un escaño senatorial y la segunda el segundo escaño en cada región, lo cual prácticamente obliga a mantener un equilibrio en dicha cámara, así la distancia en votos entre ambas fuerzas sea muy pronunciado, como es el caso que se ha podido observar en esta elección en Bolivia.
El resultado alcanzado por la oposición en el senado muestra una vez más la vigencia del oprobioso sistema de la democracia oligárquica, según el cual el voto de unos ciudadanos vale mucho más que el de otros. En Pando ha bastado con unos 15000 votos para alzarse con dos escaños a senador, mientras que en Santa Cruz han sido necesarios cerca de 400000 votos para lograr el mismo resultado, es decir, algo así como 26 veces más votos que en el primer caso.
El voto boliviano en el exterior, otra novedad inédita en este proceso, ha sido recibido con extraordinario entusiasmo y satisfacción por parte de los compatriotas residentes en 4 países, Argentina, Brasil España y Estados Unidos, puesto que en muchos casos por primera vez en sus vidas, han tenido la oportunidad de votar y elegir al gobernante de su país. No obstante este gesto de apertura y reconocimiento de los derechos electorales de los bolivianos en el exterior, es oportuno destacar dos aspectos claramente contrastantes. Por un lado, puede apreciarse que el voto en si, tanto por la magnitud –se empadronó en el exterior a menos del 4% del padrón electoral- y las dificultades de votación registradas, como por el hecho que sólo se suman a la votación para Presidente y Vicepresidente, han resultado poco significativas, de impacto muy reducido, aspecto que deberá mejorar significativamente de cara a nuevos comicios nacionales. Por otro lado, la inclusión de los ciudadanos bolivianos residentes en el exterior en esta contienda electoral ha permitido poner sobre el tapete nacional el tema de sus condiciones de vida, de migración, sus derechos humanos, laborales, los conflictos originados por la separación o la división familiar, la emergencia de la familia internacional y lo que se está dando en llamar, la industria de la migración, una serie diversa de distintos tipos de tráfico humano, unas veces impulsados por fuerzas y factores de expulsión y no pocas veces por otras de atracción. Si el proceso electoral mismo nos ha dejado algún producto nuevo, impensado, oportuno, necesario, valioso y útil ha sido empezar a comprender la suerte de nuestros hermanos, hijos nietos, padres que viven en el exterior, y hacen hasta lo indecible para mantener y sustentar los lazos que han contraído con sus familiares y responder dignamente y de modo ejemplar a sus deberes. Haber empezado a reconocer este inmenso vacío que se había instalado en la sociedad, es sin duda un mérito grande de este proceso electoral que ha abierto las puertas al reconocimiento de nuestros compatriotas en el exterior. En hora buena. Ahora se requiere construir una política consistente, precisa y protectiva de nuestros conciudadanos, donde quiera que se encuentren. Es hora de una diplomacia seria, profesional, sensible, capaz, digna, en toda su extensión.
El apoyo masivo y contundente, prácticamente en toda la República, más precisamente, en todo el Estado Plurinacional, al Presidente Morales muestra la voluntad nacional de acompañar dicho proceso. No obstante, esta conclusión debe observársela desde varios puntos de vista:
- Uno, el Presidente Morales no tenía rival al frente, puesto que lo que la oposición ofrecía no era más que “más de lo mismo”, lo cual es claramente rechazado por la gran mayoría del país.
- Dos, justamente debido a la incapacidad de la oposición de proponer alguna alternativa discutible y viable de país, es que muchos electores han terminado sumándose al carro del ganador, lo cual le concede a éste último una votación mayor que la que posiblemente habría logrado en ese otro escenario. Esto último no significa que Evo Morales no cuente con una mayoría en su favor, pero sí significa que la polarización y la dispersión de la oposición se ha constituido claramente en uno de los caballos de fuerza del propio triunfo de Morales.
- Tres, la contundencia del triunfo puede generar la ilusión de un poder omnímodo, algo así como cheque de gerencia en blanco, con todas las firmas necesarias y sin fecha. Esta lectura es problemática y peligrosa, puesto que puede dar la impresión que todos los electores que votaron por el MAS están igualmente de acuerdo con el proceso de cambio en marcha que apunta a superar la exclusión y la pobreza de grandes sectores de la sociedad boliviana recurriendo a un menú de soluciones que ha sido ampliamente probado en otras latitudes y épocas, pero por lo general sólo ha dejado un enorme sabor amargo. En este sentido, la lectura que debe hacerse es que se requiere soluciones que resuelvan los problemas del pasado, los problemas actuales, sin generar nuevos o mayores problemas.
Una última impresión. Por primera vez en la historia boliviana podemos apreciar que existe un gran consenso en torno a un gobierno, una propuesta, un liderato, más allá del grado o la medida en que el ‘efecto ganador’ pueda haber influido en los guarismos finales. Esta es sin duda una noticia de primera importancia, puesto que ello evitará que en buena medida persista la conflictividad que caracteriza a la sociedad boliviana en todos sus quehaceres y menesteres. La politización de lo grande y lo menudo pasará en buena medida a segundo plano, poniendo en el primero aquello que siempre debía tener presente la sociedad: la gestión pública, su calidad, su transparencia, su efectividad y su eficiencia. Pero para que ello funcione se requerirá que otros ingredientes que la hacen posible y la vehiculizan, también jueguen en el mismo equipo:
- la precisión con que el equipo gubernamental pueda comprender y emprender el trabajo de transformación del país, de implementación de la nueva Constitución Política, tarea muy compleja y entreverada que exigirá mucho tino, paciencia y trastienda, como dicen los amigos españoles, para lograr evacuar consensos aceptables y viables;
- la claridad y madurez de las demandas de los diversos sectores sociales, puesto que se convertirán de facto o por default, según se prefiera, en la verdadera instancia organizadora de la demanda social y sus prioridades, puesto que los otros poderes del Estado se hallarán completamente dispuestos a seguir al Presidente y su inmediato equipo de colaboradores por todos las vías y atajos que pretenda emplear;
- y el rol de la prensa que de una vez por todas debe comprender que no es un protagonista de primer plano, ni un actor aislado o independiente de la suerte, requerimientos y avatares de la sociedad, sino un carro de acompañamiento de la sociedad, que debe salir a la palestra a criticar, advertir, protestar o proponer, pero no con el protagonismo que ha pretendido tener en los pasados 4años, pues su labor fundamental radica en informar sobre los desarrollos que se suscitan en la sociedad, orientar y comunicar los aspectos de la propia gestión pública, y llamar la atención sobre vacíos y descuidos por parte de la sociedad y el gobierno, amonestar a quien corresponda por la inconsistencia con que asume su rol, su responsabilidad, su papel en el concierto social, etc. No necesitamos otros Robin Hoods para manejar nuestros asuntos, ya tenemos el que por ahora requerimos, necesitamos miradas que horaden el futuro y nos traigan mensajes que nos ayuden a construirlo y recibirlo como expresión de nuestro propio querer y hacer, y no como resultado de imposiciones o de circunstancias inapelables.
El pueblo boliviano ha tomado su decisión. Es deber de todos quienes estamos comprometidos con su suerte y su destino poner todo de nuestra parte para hacer realidad del mejor modo posible su preferencia y su elección.
(7 de diciembre de 2009)
e-mail: CarlosRodrigoZapata@gmail.com
Global Consultores, Gerente de Estudios y Proyectos
EL MAS obtuvo dos tercios de los escaños parlamentarios, y de modo también absolutamente inédito, habría logrado ese resultado en cada una de las cámaras.
Ese resultado le confiere al Presidente reelecto Evo Morales poderes totales, lo cual significa que dependerá más de su voluntad de diálogo, y por cierto que de la capacidad de bloqueo de sus adversarios y de plantear propuestas en beneficio de las mayorías nacionales, el grado y la medida en que el frente gobernante tome en cuenta la opinión de la minoría.
La debilidad congénita de la oposición ha quedado absolutamente refrendada de varias maneras. Primero, por la muy baja votación alcanzada por el conjunto de ella, que no llega a un tercio de la votación total. Segundo, el hecho que la mayor parte de los frentes postulantes no ha obtenido ni un solo punto porcentual, pues los votos alcanzados no les permiten llegar ni a ese guarismo. En este marco, debe destacarse la renuncia de los candidatos a la vicepresidencia en dos de dichos frentes, así como el abandono de candidaturas de muchos de sus postulantes, lo cual da una señal clara que ni los mismos participantes se daban ningún crédito. Tercero, las propuestas opositoras han sido elaboradas más como requisito a cumplir que con la intención de proponer alguna variante al proceso de cambio inaugurado e impulsado por el Presidente Morales. Cuarto, la propuesta de PP no era otra cosa que una convocatoria a los sectores desplazados del poder a mantenerse unidos en la defensa de sus intereses, mientras que la de UN, sin ninguna base social y sin lograr dirigir su mensaje a ningún sector social en particular, cae en un anodina propuesta de producir productos biológicos que, además de ingenua, peca de poco viable e insostenible.
Pero otra novedad de esta contienda es que se ha dado una suerte de solución binominal en la distribución de escaños al senado entre el oficialismo y la oposición, ya que el total de ellos se ha repartido entre la fuerza ganadora y la segunda fuerza, lo cual no refleja la congénita debilidad de la oposición, sino lo barato que le ha resultado a la oposición hacerse de un tercio del senado, aún con la muy baja votación alcanzada. Recordemos que el régimen binominal se da en Chile, donde la primera fuerza obtiene un escaño senatorial y la segunda el segundo escaño en cada región, lo cual prácticamente obliga a mantener un equilibrio en dicha cámara, así la distancia en votos entre ambas fuerzas sea muy pronunciado, como es el caso que se ha podido observar en esta elección en Bolivia.
El resultado alcanzado por la oposición en el senado muestra una vez más la vigencia del oprobioso sistema de la democracia oligárquica, según el cual el voto de unos ciudadanos vale mucho más que el de otros. En Pando ha bastado con unos 15000 votos para alzarse con dos escaños a senador, mientras que en Santa Cruz han sido necesarios cerca de 400000 votos para lograr el mismo resultado, es decir, algo así como 26 veces más votos que en el primer caso.
El voto boliviano en el exterior, otra novedad inédita en este proceso, ha sido recibido con extraordinario entusiasmo y satisfacción por parte de los compatriotas residentes en 4 países, Argentina, Brasil España y Estados Unidos, puesto que en muchos casos por primera vez en sus vidas, han tenido la oportunidad de votar y elegir al gobernante de su país. No obstante este gesto de apertura y reconocimiento de los derechos electorales de los bolivianos en el exterior, es oportuno destacar dos aspectos claramente contrastantes. Por un lado, puede apreciarse que el voto en si, tanto por la magnitud –se empadronó en el exterior a menos del 4% del padrón electoral- y las dificultades de votación registradas, como por el hecho que sólo se suman a la votación para Presidente y Vicepresidente, han resultado poco significativas, de impacto muy reducido, aspecto que deberá mejorar significativamente de cara a nuevos comicios nacionales. Por otro lado, la inclusión de los ciudadanos bolivianos residentes en el exterior en esta contienda electoral ha permitido poner sobre el tapete nacional el tema de sus condiciones de vida, de migración, sus derechos humanos, laborales, los conflictos originados por la separación o la división familiar, la emergencia de la familia internacional y lo que se está dando en llamar, la industria de la migración, una serie diversa de distintos tipos de tráfico humano, unas veces impulsados por fuerzas y factores de expulsión y no pocas veces por otras de atracción. Si el proceso electoral mismo nos ha dejado algún producto nuevo, impensado, oportuno, necesario, valioso y útil ha sido empezar a comprender la suerte de nuestros hermanos, hijos nietos, padres que viven en el exterior, y hacen hasta lo indecible para mantener y sustentar los lazos que han contraído con sus familiares y responder dignamente y de modo ejemplar a sus deberes. Haber empezado a reconocer este inmenso vacío que se había instalado en la sociedad, es sin duda un mérito grande de este proceso electoral que ha abierto las puertas al reconocimiento de nuestros compatriotas en el exterior. En hora buena. Ahora se requiere construir una política consistente, precisa y protectiva de nuestros conciudadanos, donde quiera que se encuentren. Es hora de una diplomacia seria, profesional, sensible, capaz, digna, en toda su extensión.
El apoyo masivo y contundente, prácticamente en toda la República, más precisamente, en todo el Estado Plurinacional, al Presidente Morales muestra la voluntad nacional de acompañar dicho proceso. No obstante, esta conclusión debe observársela desde varios puntos de vista:
- Uno, el Presidente Morales no tenía rival al frente, puesto que lo que la oposición ofrecía no era más que “más de lo mismo”, lo cual es claramente rechazado por la gran mayoría del país.
- Dos, justamente debido a la incapacidad de la oposición de proponer alguna alternativa discutible y viable de país, es que muchos electores han terminado sumándose al carro del ganador, lo cual le concede a éste último una votación mayor que la que posiblemente habría logrado en ese otro escenario. Esto último no significa que Evo Morales no cuente con una mayoría en su favor, pero sí significa que la polarización y la dispersión de la oposición se ha constituido claramente en uno de los caballos de fuerza del propio triunfo de Morales.
- Tres, la contundencia del triunfo puede generar la ilusión de un poder omnímodo, algo así como cheque de gerencia en blanco, con todas las firmas necesarias y sin fecha. Esta lectura es problemática y peligrosa, puesto que puede dar la impresión que todos los electores que votaron por el MAS están igualmente de acuerdo con el proceso de cambio en marcha que apunta a superar la exclusión y la pobreza de grandes sectores de la sociedad boliviana recurriendo a un menú de soluciones que ha sido ampliamente probado en otras latitudes y épocas, pero por lo general sólo ha dejado un enorme sabor amargo. En este sentido, la lectura que debe hacerse es que se requiere soluciones que resuelvan los problemas del pasado, los problemas actuales, sin generar nuevos o mayores problemas.
Una última impresión. Por primera vez en la historia boliviana podemos apreciar que existe un gran consenso en torno a un gobierno, una propuesta, un liderato, más allá del grado o la medida en que el ‘efecto ganador’ pueda haber influido en los guarismos finales. Esta es sin duda una noticia de primera importancia, puesto que ello evitará que en buena medida persista la conflictividad que caracteriza a la sociedad boliviana en todos sus quehaceres y menesteres. La politización de lo grande y lo menudo pasará en buena medida a segundo plano, poniendo en el primero aquello que siempre debía tener presente la sociedad: la gestión pública, su calidad, su transparencia, su efectividad y su eficiencia. Pero para que ello funcione se requerirá que otros ingredientes que la hacen posible y la vehiculizan, también jueguen en el mismo equipo:
- la precisión con que el equipo gubernamental pueda comprender y emprender el trabajo de transformación del país, de implementación de la nueva Constitución Política, tarea muy compleja y entreverada que exigirá mucho tino, paciencia y trastienda, como dicen los amigos españoles, para lograr evacuar consensos aceptables y viables;
- la claridad y madurez de las demandas de los diversos sectores sociales, puesto que se convertirán de facto o por default, según se prefiera, en la verdadera instancia organizadora de la demanda social y sus prioridades, puesto que los otros poderes del Estado se hallarán completamente dispuestos a seguir al Presidente y su inmediato equipo de colaboradores por todos las vías y atajos que pretenda emplear;
- y el rol de la prensa que de una vez por todas debe comprender que no es un protagonista de primer plano, ni un actor aislado o independiente de la suerte, requerimientos y avatares de la sociedad, sino un carro de acompañamiento de la sociedad, que debe salir a la palestra a criticar, advertir, protestar o proponer, pero no con el protagonismo que ha pretendido tener en los pasados 4años, pues su labor fundamental radica en informar sobre los desarrollos que se suscitan en la sociedad, orientar y comunicar los aspectos de la propia gestión pública, y llamar la atención sobre vacíos y descuidos por parte de la sociedad y el gobierno, amonestar a quien corresponda por la inconsistencia con que asume su rol, su responsabilidad, su papel en el concierto social, etc. No necesitamos otros Robin Hoods para manejar nuestros asuntos, ya tenemos el que por ahora requerimos, necesitamos miradas que horaden el futuro y nos traigan mensajes que nos ayuden a construirlo y recibirlo como expresión de nuestro propio querer y hacer, y no como resultado de imposiciones o de circunstancias inapelables.
El pueblo boliviano ha tomado su decisión. Es deber de todos quienes estamos comprometidos con su suerte y su destino poner todo de nuestra parte para hacer realidad del mejor modo posible su preferencia y su elección.
(7 de diciembre de 2009)
e-mail: CarlosRodrigoZapata@gmail.com
02 diciembre 2009
LA METÁFORA DEL COPILOTO
¿Cómo incluir el futuro en nuestras acciones presentes?
Carlos Rodrigo Zapata C.
Los bolivianos no hemos aprendido a incorporar el futuro en nuestras acciones y reflexiones, razón por la que tendemos a ocuparnos excesivamente de lo coyuntural, de lo que acontece en el momento actual
¿Qué significa eso? Que vivimos en función del día a día, del último acontecimiento acaecido, por lo que nuestra atención y nuestros esfuerzos usualmente se hallan centrados en el ahora mismo, situación que nos conduce a despreciar diversas formas de incluir el futuro en el presente, tales como la prevención, la educación, la información, la planificación, la disposición al cambio, las reformas continuas, etc., por lo que las respuestas que producimos usualmente son poco adecuadas, parciales, tardías y descontextualizadas. En este marco podría afirmarse que somos unos permanentes aprendices de la improvisación y la unilateralidad.
¿Cómo hacemos para ganarle un lapso de tiempo a la dinámica desbocada que vivimos, cómo hacemos para dar un salto al futuro en nuestros proyectos y realizaciones, de tal modo que la realidad no nos sorprenda siempre en paños menores con su sarcasmo y su implacable rigor? Esperamos responder a este cuestionamiento con ayuda de una metáfora, basada en una experiencia concreta, que podría ayudarnos a comprender la importancia y necesidad de incluir el futuro en nuestras acciones presentes. Es oportuno aclarar que metáfora es una forma de estructurar el pensamiento –la más poderosa de cuantas podamos evocar- y consiste en reconstruir una cuestión o materia para nosotros relativamente desconocida, en términos de otra cuestión o materia conocida o familiar para nosotros. Pero veamos la metáfora que nos ayudará en este asunto.
Recuerdo una experiencia de Julio Mantilla cuando fue Alcalde de La Paz, la cual siempre me ha conmovido por su fuerza y originalidad. En una oportunidad le invitaron a participar como copiloto en una carrera de autos –creo que fue la vuelta al lago Titicaca. Luego de su participación, Julio estaba encantado, impresionadísimo con su vivencia. Me explicó cuál es la tarea que debe cumplir un copiloto en una carrera. Es el que tiene que indicar al piloto con la debida anticipación cómo está el camino, cuando hay curva, de qué lado viene, si reducir o acelerar la velocidad, qué marcha poner. “Derecha, derecha, bache, reducir, izquierda, izquierda, segunda, tercera….”, así le iba indicando al piloto en cada tramo, según recuerdo su relato. Pero lo que más me impresionó, fue cuando me contó que ir de copiloto es como “mandar tu ajayu (*) por delante en el camino”, para que vaya a explorar la siguiente curva, a examinar el siguiente tramo. Como copiloto, tú no puedes concentrarte en los siguientes 50 ó 100 metros del camino, me dijo, pues esa es la tarea del piloto; tu tarea consiste en concentrarte en los siguientes 200 ó 500 metros o más, pues como copiloto debes contribuir a anticipar todos los tiempos y movimientos del piloto
Esa hermosa vivencia -que de paso nos ilustra de cuerpo entero la pasión por el “deporte tuerca”, como se suele denominar al automovilismo deportivo- nos sirve de metáfora para darnos cuenta, cuándo estamos actuando sólo en función del momento y la circunstancia, dejándonos arrastrar y arrasar por el día a día, y cuándo estamos mirando más allá y actuamos anticipando el futuro. Podríamos decir que el piloto es el que tiene la responsabilidad de conducirnos a la meta y que el copiloto es el que procura incorporar el futuro en el presente con todas sus advertencias, recursos y orientaciones, pero sólo la acción conjunta y combinada de ambos -su convolución podría decirse- es la que permite hacer una gran carrera
Mientras sólo nos ocupamos de lo inmediato o coyuntural, de aquellas cuestiones que nos impone la tiranía del momento actual, con seguridad que acumularemos una montaña cada vez mayor de problemas sin resolver, simplemente porque no podremos ir tan rápido como quisiéramos, porque nuestras respuestas serán coyunturalistas y dejarán muchos cabos o hilos sueltos, porque algunas o muchas de ellas serán un completo fiasco y, además, porque la misma vorágine de la coyuntura nos impedirá ocuparnos de todas las cuestiones pendientes
De modo que la metáfora del copiloto no sólo nos muestra la importancia de incorporar el futuro en todas nuestras acciones y reflexiones -lo cual se constituye a su vez en una de las formas más preciosas de anticipar el futuro, es decir, de ganarle a la incertidumbre unos palmos- sino que además nos muestra la necesidad de una acción coordinada y sincronizada entre piloto y copiloto, entre aquellos que dirigen y conducen, y aquellos que anticipan y previenen. Sin piloto no hay nave que pueda ser conducida efectivamente, pero sin copiloto no hay nave que pueda llegar a destino oportuna y certeramente.
(*) Ajayu. Expresión aymará que significa energía vital en busca de armonía.
[Originalmente publicado en El Diario el 2 de noviembre de 2006. También en BolPress (http://www.bolpress.com) y GUASABARAeditor (http://guasabaraeditor.blogspot.com)]
E-mail: carlosrodrigozapata@gmail.com
Carlos Rodrigo Zapata C.
Los bolivianos no hemos aprendido a incorporar el futuro en nuestras acciones y reflexiones, razón por la que tendemos a ocuparnos excesivamente de lo coyuntural, de lo que acontece en el momento actual
¿Qué significa eso? Que vivimos en función del día a día, del último acontecimiento acaecido, por lo que nuestra atención y nuestros esfuerzos usualmente se hallan centrados en el ahora mismo, situación que nos conduce a despreciar diversas formas de incluir el futuro en el presente, tales como la prevención, la educación, la información, la planificación, la disposición al cambio, las reformas continuas, etc., por lo que las respuestas que producimos usualmente son poco adecuadas, parciales, tardías y descontextualizadas. En este marco podría afirmarse que somos unos permanentes aprendices de la improvisación y la unilateralidad.
¿Cómo hacemos para ganarle un lapso de tiempo a la dinámica desbocada que vivimos, cómo hacemos para dar un salto al futuro en nuestros proyectos y realizaciones, de tal modo que la realidad no nos sorprenda siempre en paños menores con su sarcasmo y su implacable rigor? Esperamos responder a este cuestionamiento con ayuda de una metáfora, basada en una experiencia concreta, que podría ayudarnos a comprender la importancia y necesidad de incluir el futuro en nuestras acciones presentes. Es oportuno aclarar que metáfora es una forma de estructurar el pensamiento –la más poderosa de cuantas podamos evocar- y consiste en reconstruir una cuestión o materia para nosotros relativamente desconocida, en términos de otra cuestión o materia conocida o familiar para nosotros. Pero veamos la metáfora que nos ayudará en este asunto.
Recuerdo una experiencia de Julio Mantilla cuando fue Alcalde de La Paz, la cual siempre me ha conmovido por su fuerza y originalidad. En una oportunidad le invitaron a participar como copiloto en una carrera de autos –creo que fue la vuelta al lago Titicaca. Luego de su participación, Julio estaba encantado, impresionadísimo con su vivencia. Me explicó cuál es la tarea que debe cumplir un copiloto en una carrera. Es el que tiene que indicar al piloto con la debida anticipación cómo está el camino, cuando hay curva, de qué lado viene, si reducir o acelerar la velocidad, qué marcha poner. “Derecha, derecha, bache, reducir, izquierda, izquierda, segunda, tercera….”, así le iba indicando al piloto en cada tramo, según recuerdo su relato. Pero lo que más me impresionó, fue cuando me contó que ir de copiloto es como “mandar tu ajayu (*) por delante en el camino”, para que vaya a explorar la siguiente curva, a examinar el siguiente tramo. Como copiloto, tú no puedes concentrarte en los siguientes 50 ó 100 metros del camino, me dijo, pues esa es la tarea del piloto; tu tarea consiste en concentrarte en los siguientes 200 ó 500 metros o más, pues como copiloto debes contribuir a anticipar todos los tiempos y movimientos del piloto
Esa hermosa vivencia -que de paso nos ilustra de cuerpo entero la pasión por el “deporte tuerca”, como se suele denominar al automovilismo deportivo- nos sirve de metáfora para darnos cuenta, cuándo estamos actuando sólo en función del momento y la circunstancia, dejándonos arrastrar y arrasar por el día a día, y cuándo estamos mirando más allá y actuamos anticipando el futuro. Podríamos decir que el piloto es el que tiene la responsabilidad de conducirnos a la meta y que el copiloto es el que procura incorporar el futuro en el presente con todas sus advertencias, recursos y orientaciones, pero sólo la acción conjunta y combinada de ambos -su convolución podría decirse- es la que permite hacer una gran carrera
Mientras sólo nos ocupamos de lo inmediato o coyuntural, de aquellas cuestiones que nos impone la tiranía del momento actual, con seguridad que acumularemos una montaña cada vez mayor de problemas sin resolver, simplemente porque no podremos ir tan rápido como quisiéramos, porque nuestras respuestas serán coyunturalistas y dejarán muchos cabos o hilos sueltos, porque algunas o muchas de ellas serán un completo fiasco y, además, porque la misma vorágine de la coyuntura nos impedirá ocuparnos de todas las cuestiones pendientes
De modo que la metáfora del copiloto no sólo nos muestra la importancia de incorporar el futuro en todas nuestras acciones y reflexiones -lo cual se constituye a su vez en una de las formas más preciosas de anticipar el futuro, es decir, de ganarle a la incertidumbre unos palmos- sino que además nos muestra la necesidad de una acción coordinada y sincronizada entre piloto y copiloto, entre aquellos que dirigen y conducen, y aquellos que anticipan y previenen. Sin piloto no hay nave que pueda ser conducida efectivamente, pero sin copiloto no hay nave que pueda llegar a destino oportuna y certeramente.
(*) Ajayu. Expresión aymará que significa energía vital en busca de armonía.
[Originalmente publicado en El Diario el 2 de noviembre de 2006. También en BolPress (http://www.bolpress.com) y GUASABARAeditor (http://guasabaraeditor.blogspot.com)]
E-mail: carlosrodrigozapata@gmail.com
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