Carlos Rodrigo Zapata C.
El mundo sigue girando y entre tanto hay países
que ya se han declarado libres de la pandemia del COVID 19 (como Nueva Zelanda,
Singapur, Taiwán) y otros que la tienen prácticamente controlada (como
Alemania, Suiza, los países escandinavos e incluso Italia y hasta España, pese
a que estos últimos eran los casos más críticos del planeta hace apenas un mes,
con excepción de EE.UU.). Al mismo tiempo hay un conjunto de países que no
logran dar pie con bola, en los que la pandemia se va extendiendo y acelerando
sin piedad, como es el caso principalmente de los países sudamericanos.
Nuestros vecinos Brasil, Perú y Chile sufren las consecuencias de un descontrol
descomunal. Las causas son múltiples, pero todo indica que no están logrando
cumplir las reglas básicas para enfrentar la pandemia.
Aprovechando una lista de reglas a seguir para
enfrentar exitosamente la pandemia, presentada en el artículo “CORONAVIRUS Y CAPITALISMO ¿QUÉ CARACTERIZA A LAS EPIDEMIAS MODERNAS? de Mohsen Shahmanesh, me
he permitido pasar revista a dichas reglas y examinar el grado y la medida en
que se están tomando en cuenta en nuestro país.
Antes de empezar es preciso señalar que Bolivia
se halla a la sombra de una proyección de la evolución de la pandemia de
dimensiones catastróficas: la Ministra de Salud estima que hasta fines de julio
tendremos 100.000 infectados por el COVID 19 y miles de muertos. A la fecha
(11/06/2020) hemos superado los 16.000 contagios y alcanzado la suma de 533
muertos por este virus, con un incremento record diario de 884 casos. Estamos
amenazados de parálisis generalizada y de colapso total del sistema de salud.
Es crucial tomar atención a lo que viene sucediendo.
A continuación presento cada una de dichas reglas
y señalo a partir de información de acceso público si se cumplen las mismas y
destaco algunos rasgos principales. Al final de dicha inspección rápida,
presento mis sugerencias.
REGLAS BÁSICAS PARA ENFRENTAR LA PANDEMIA
Según el autor de dicha lista, una operación de
CONTENCIÓN RACIONAL de la pandemia debe basarse en los siguientes puntos:
• Pruebas masivas, identificando individuos
infectados. Debido a que un número desconocido pero significativo de personas
infectadas no tiene síntomas o presenta síntomas mínimos, cuanto más amplia sea
la red de pruebas, más infecciones son detectables.
>>> Este es sin duda el capítulo más desastroso en Bolivia en la lucha contra la pandemia. La cantidad de test usados en otras partes es en promedio 30 veces superior al que estamos aplicando en Bolivia. No basta con aplicar el test a quien lo solicita, ya que el problema principal y por gran diferencia es sobre todo el de los contagiados asintomáticos. Sin aplicar una cantidad mucho mayor de test especialmente dentro de los grupos de riesgo (personal de salud, policial, fuerzas armadas, servicio de limpieza y desinfección, vendedores, etc.), no es posible identificar y aislar a los propagadores del virus involuntarios y algunos negligentes) del contacto con el público. La falta aplicación de test lleva a aferrarse a las cuarentenas de todo tipo (desde las rígidas y las “dinámicas” o flexibles, hasta las puntuales o encapsulamientos) y a dejar en manos de la población su propia protección en base a medidas de bioseguridad (MA-DI-BA, o sea, lavado de Manos, Distancia física, Barbijo, así como desinfección meticulosa en el propio domicilio). Eso incluye a gente con escasa voluntad de cooperar, más angustiada por ganar algún dinero para su subsistencia, así como a gente embaucada con cuentos chinos.
• Aislar a los individuos infectados y rastrear
todos los contactos conocidos y aislarlos.
>>> Como ya se señaló, esta es una tarea que se ha realizado solo en mínima escala, y recién en la última semana se ha empezado a aplicar en Trinidad en vista al desastre que se ha presentado en dicha ciudad beniana. El resto del país sigue aferrado a las cuarentenas y no cuenta aún con test masivos ni laboratorios para poder ajustar su comportamiento.
• Confinamiento masivo de todos aquellos que no
son inmediatamente esenciales para el funcionamiento de la sociedad, para
reducir la propagación.
>>> Esta tarea se está realizando en parte, pues hasta hace unos días la cuarentena ha sido general y recién ahora se empieza a “liberar” a quienes son más indispensables para el funcionamiento de la economía y diversos servicios. Vale la pena hacer notar que dicha liberación está más influida por grupos de presión (choferes comerciantes, informales) que por consideraciones médicas. Llega al extremo que se exigen y preparan medidas para ampliar más la circulación de medios de transporte en un ambiente en que el crecimiento de la pandemia empieza a desbocarse de todo control.
• Preparación previa para la atención de los
pacientes gravemente enfermos.
>>> Solo se tiene noticias en el caso de La Paz de una estación intermedia entre el propio domicilio y los centros hospitalarios de referencia, como es el caso del Hotel Radisson alquilado para cumplir el periodo de aislamiento requerido para descartar la presencia del virus o atender al paciente en un centro de salud.
Para seguir esta política, dos características
son esenciales:
• Primero, una estructura de mando unificada que dirige la política, habla con una sola voz y proporciona información precisa al público, a medida que esté disponible. Aquí la unidad del mensaje es la clave.
• Primero, una estructura de mando unificada que dirige la política, habla con una sola voz y proporciona información precisa al público, a medida que esté disponible. Aquí la unidad del mensaje es la clave.
>>> La estructura de “mando unificada” en el caso de Bolivia se puede decir que existe en ciernes y parece rotativa, pues ya vamos en los 3 meses que ya dura la pandemia en nuestro país en el tercer ministro de salud, que no logran en todos los casos articular con los SEDES departamentales, ni tampoco unificar los aspectos operativos, de adquisiciones, dotación de insumos, manejo presupuestario, etc. Es decir, es un conjunto de centros de decisión que no muestran un espíritu de cuerpo, en parte por la gran cantidad de servidores infectados, por numerosas renuncias, así como por cambios y destituciones de personal. La idas y venidas de la OMS/OPS en relación a varias recomendaciones, así como la falta de un asesoramiento sobre una estrategia más compacta y efectiva, completan este cuadro de dispersión y desorganización. Al cabo de 70 días de cuarentenas rígidas no se percibe que se hubiera montado un aparato capaz de identifica y sitiar el virus allí donde se encuentre. Tiempo perdido y, lo peor, de paciencia y los escasos recursos disponibles destruidos.
• Segundo, una población que cree y confía en el
mensaje. Ambos son vitales para lograr el cumplimiento.
>>> En ningún momento se logró estar a la altura de esta regla o recomendación. Amplios sectores de la población siguen pensando que es cuento chino eso del coronavirus. Incluso se afirma –no tengo la constatación- que la destrucción de una torre de televisión en Cochabamba tendría que ver con el convencimiento que la misma servía para propagar el coronavirus. La falta de confianza y en varios casos de mensajes bien articulados deja mucho que desear. Quienes hayan recurrido a los números telefónicos ofrecidos para atender situaciones de emergencia habrán constatado que era un caos, que cada centro tiene su propia información o no la tenía, que no era posible resolver ningún caso excepcional o de emergencia. Hay casos de gente que ha muerto en el intento de tratar de hacerse atender en un centro de salud. En suma muy baja credibilidad en los servicios de comunicación que han dedicado una porción significativa de sus espacios a difundir algunas acciones del gobierno, en especial, el pago de bonos o la entrega de algunos equipos.
• Estas políticas deben adaptarse e
individualizarse a poblaciones particulares y esto introduce una tercera
característica: un conocimiento detallado de la población en la que se intenta
inducir un cambio de comportamiento.
>>> Cada región ha ajustado sus mensajes a la población local en algún grado, también se ha recurrido al empleo de idiomas nativos (casi únicamente en el canal estatal) y a lenguaje de señas. Pero por lo que se puede advertir, se ha tratado simplemente de traducciones de un mismo mensaje. Se ha visto muy poca diferenciación en los mensajes para explicar los alcances y peligros de la pandemia. La idea de bien público o escudo epidemiológico y los requisitos y condiciones para proveerlos nunca fueron señalados, siendo que se trata de una construcción colectiva a la que todos están obligados a contribuir. Justamente no tomar en cuenta los comportamientos observados y creer que basta con cuestionarlos para que cambien, denota una política que no responde a la situación existente.
• Dentro de la epidemia mundial hay una serie de
microepidemias, cada una con sus propias características. Estas requieren
respuestas dirigidas por la comunidad que permitan adaptar las múltiples
medidas simultáneas necesarias (por ejemplo, distanciamiento social, búsqueda
de casos y localización de contactos, y el uso de barreras como las máscaras)
para adaptarse a las circunstancias y contextos específicos en los que se están
aplicando. Estamos hablando de una necesidad urgente de un proceso fundamental
de democratización. En muchos países, algunos grupos de personas ya se han
autoorganizado espontáneamente en este sentido [19].
>>> El peso puesto en la cuarentena y medidas de bioseguridad fue necesario y oportuno, por la carencia de respuestas en otros ámbitos, pero fue insuficiente. Haber priorizado dichas medidas fue la forma más simple de llegar a toda la población del país, pese a que en algunos casos tampoco podían cumplirse regularmente (como el lavado de manos, o la disponibilidad de alcohol en gel). Respecto a la auto organización ciudadana, solo se pudo advertir las actividades de las sociedades científicas, compuestas por profesionales y cientistas en el campo de la salud. También se ha observado algunas iniciativas puntuales para facilitar apoyo y auxilio en diversas temáticas a la población afectada por la pandemia o las circunstancias relacionadas con ella. En general no se ha podido advertir que el “mando único” hubiera intentado una gran movilización de la población para aliviar y facilitar la atención de diversos requerimientos. No ha existido una clara coordinación entre dicho nivel de mando y la sociedad civil.
• En lugar de hacer enfrentar entre sí la
economía y la salud, la respuesta económica puede diseñarse para apoyar la
respuesta de salud pública: por ejemplo, proporcionar ingresos básicos a
quienes no pueden trabajar, bienestar social a quienes están encerrados o
aislados, e incluso movilizar a la gran cantidad de jóvenes globalmente para
brindar servicios clave, mientras que las poblaciones de ancianos y personas
vulnerables están socialmente distanciadas.}
>>> Uno de los aciertos de este proceso está relacionado con los bonos y subvenciones otorgados, ya que ello ha permitido que por un cierto lapso de tiempo las cuarentenas sean respetadas. También se han previsto otras medidas de apoyo a las MYPES y a las empresas mayores, aunque sobre ello no se tiene a la fecha ninguna información sobre el avance o implementación de dichas medidas. Todo ello genera una sensación de abandono e incertidumbre. Sin un apoyo masivo a los cientos de miles de emprendimientos por cuenta propia, éstos no podrán continuar con sus actividades y este puede ser el peor escenario de pobreza, miseria y desempleo que se presente en el país cuando menos en el último medio siglo.
Los planes de empleo propuestos pueden ser muy
pertinentes especialmente para los jóvenes, pero los trabajadores por cuenta
propia y auto empleados, categorías propias del sector informal, difícilmente
podrán contentarse con esos empleos eventuales ya que la mayoría de ellos
emplea a su vez a familiares, los que quedarían completamente desempleados. Por
ello, ayudar a los informales emprendedores es ayudar a grupos familiares,
principalmente. Este capítulo relacionado con las medidas que ayuden y alivien
la reactivación económica aún no ha adquirido un perfil claro y prometedor, por
lo que sigue siendo una incógnita, cómo se lo manejará. Se requiere resultados
inmediatos para detener la ola de angustia que se está apoderando de los
sectores económicos más vulnerables.
Más allá de ello ha habido algunos casos
espontáneos de grupos que han construido respiradores, implementos de
desinfección y máscaras protectoras. No se ha tenido noticias que el gobierno
hubiera intentado apoyar estas iniciativas. En el caso de los respiradores
ocurrió exactamente lo contrario: se optó por una adquisición de equipos
inadecuados y por medio de una compra llena de observaciones y dudas,
actualmente objeto de un proceso de investigación, habíéndose dejado de lado la
oferta nacional.
• La coordinación entre el mando central
unificado y la respuesta comunitaria ayudaría no solo a la preparación de
instalaciones de salud, la disponibilidad de equipos de protección personal,
etc., sino también a la rápida adaptación de las innovaciones, la producción en
masa y la entrega de diagnósticos, tratamientos y vacunas asequibles, una vez
descubiertos y ampliamente disponibles para su uso.
>>> Las oportunidades y posibilidades mencionadas en esta recomendación han sido escasamente usadas, en gran parte por nuestro muy escuálido aparato productivo que se halla lejos de proveer los medios e insumos para atender esta pandemia, y los casos habidos no han merecido apoyo, como se señaló.
• Finalmente, esta es una epidemia global y
requiere una solución global. Esto incluye compartir toda la información sobre
el desarrollo de vacunas y medicamentos. Ello va en contra de la naturaleza del
capitalismo, donde la propiedad intelectual es dinero y la cooperación es
anatema. De hecho, la respuesta inmediata de los gobiernos de todo el mundo ha
sido retirarse dentro de sus fronteras, que muchos sellaron mucho después de que
el pájaro volara. La OMS es el centro lógico para coordinar la estrategia de
contención, pero actualmente carece de fondos.
>>> El nivel global no parece haber aportado muchos insumos e ingredientes para conducir la lucha contra la pandemia, pese al muy rico repertorio de experiencias e iniciativas en los diversos países del orbe. En el plano nacional, podemos advertir que el país está muy escasamente informado sobre lo que acontece en el área rural y en pueblos apartados. La situación de varias poblaciones benianas reviste condiciones de extrema precariedad, como se pudo advertir en algunos reportajes. El caso de San Ramón en medio del departamento del Beni, es patético por la cantidad de personas muertas y contagiadas, la extrema insuficiencia de asistencia médica y de insumos. No tenernos una información sobre los requerimientos actuales de muchas poblaciones.
Es importante hacer notar que entre las
recomendaciones precedentes ni se menciona la importancia de una estrategia de
actuación, asunto que en nuestro caso se ha convertido en el punto más crítico
de toda la actuación gubernamental. Sí, ha habido y hay una estrategia, que se
ha centrado en la cuarentena y las medidas de bioseguridad, pero que no ha sido
suficiente, pues todo su logro ha consistido en posponer la explosión de la
pandemia y ello a un costo demasiado alto.
Ahora estamos ante un escenario mucho más
patético, donde ya hemos reconocido los estrechos límites de los servicios de
salud -peores que los imaginados en nuestras peores pesadillas- al tiempo que
se han agotado los recursos de gran parte de la población para mantener la
cuarentena y el Estado obviamente no puede gastar otra vez las sumas invertidas
para paliar esa circunstancia. Tenemos la economía semi paralizada, con un gran
aumento del desempleo y la pobreza, y unas perspectivas completamente inciertas
de cómo se enfrentará el futuro, y lo peor de todo, tenemos a la pandemia en
plena fase de crecimiento acelerado.
SUGERENCIAS
- Toda la clave consiste en identificar
rápidamente a los contagiados, rastrear meticulosamente a todas las personas
con las que han tenido contacto y aplicar masivamente test para identificar a
los asintomáticos. Sin estas medidas, la pandemia alcanzará niveles
verdaderamente catastróficos. No se puede dejar que la población sea la que
debe cuidar cada ángulo, espacio u oportunidad por la que el virus se pueda
colar en sus vidas, pues no tiene todas las condiciones requeridas como para
poder concentrarse en ello. Identificar tempranamente a los contagiados y
aislarlos es la mejor ayuda que se le puede brindar a la población.
- Es crucial movilizar a la ciudadanía, tanto
para apoyar en una diversidad de tareas, como para controlar desbordes y
comportamientos lesivos al interés general.
- Se tiene que tener a la brevedad un cuadro
claro de cómo se pretende reactivar la economía, qué va a hacer el gobierno
para apoyar los esfuerzos ciudadanos para retomar sus actividades, para reducir
la cuantía de sus daños y pedidas. Dicho cuadro debe naturalmente responder a
la diversidad de circunstancias que atreviesa nuestro país. No olvidemos que
somos una sociedad abigarrada y estructuralmente extremadamente heterogénea.
REFLEXIONES FINALES
Preguntémonos por la suerte de las grandes
empresas formales, por las medianas y las pequeñas. Pero principalmente
preguntémonos por las decenas de miles de familias que viven del contrabando,
la piratería, el extractivismo, el narcotráfico ¿Volverán a lo mismo, se
ofrecerá nuevas opciones, se planteará cambios de fondo?
Obviamente que un gobierno transitorio no tiene
el peso, el formato ni el encargo de encarar las cosas con esa profundidad
porque está de paso. Pero, entretanto, ¿qué se pretende hacer? ¿Dejar todo al
nuevo gobierno? La obligación del actual gobierno es avanzar en respuestas
coherentes. Gobernar pensando en la fecha de elecciones o en la transitoriedad
solo está profundizando el caos: La desazón y la ansiedad son muy malos
consejeros para definir las líneas del futuro.
Está claro que el actual gobierno no puede
esperar consejos de los demás partidos, simplemente porque ven en él no al
"comando central unificado" encargado de enfrentar la pandemia, sino
un competidor político, situación que está terminando de desquiciar la trágica
situación por la que atraviesa el país. La angurria gubernamental por parte del
gobierno-candidatura y la falta de generosidad por parte de los partidos
opositores que se limitan a criticar y mandar consejos de café, rebasa todo
límite. Uno no logra entender, quién se siente responsable por la suerte de
este país.
Por supuesto que el gobierno en funciones es el
responsable de lo logrado y de lo no logrado, pero también de haber enturbiado
y agriado en semejante grado el ambiente político, al salirse del mandato y los
alcances que el pueblo boliviano le había delegado y convertir el gobierno en
plataforma de una candidatura. Por supuesto que el bloqueo cerrado de los demás
partidos no solo es muestra de esa falta de generosidad y apertura, sino
también de una falta de miras para volcarse a ayudar a la población afectada en
todo lo que pueda ser posible, en todos los frentes, con toda su militancia y
seguidores. Pero nada de nada. Los unos brillan por sus boicots y atentados,
los otros por su indiferencia. Por supuesto que el resultado es desastroso, y
en este marco queremos elegir sin falta presidente y representantes el 6 de
septiembre, fecha en la que previsiblemente llegaremos al clímax de la
pandemia.
Peor escenario, más desamorado e indiferente con
la suerte del país, imposible.