Carlos Rodrigo Zapata C.
El agente chileno ante La Haya para el juicio interpuesto por Bolivia
contra Chile por sus promesas incumplidas, José Miguel Insulza, ha reiterado
nuevamente su posición de rechazar la posibilidad que Chile atienda la demanda
boliviana de salida soberana al mar, aunque esta vez ha tratado de encubrirla y
camuflarla.
Vamos por partes. El mismo día de la entrevista realizada a Carlos Mesa por la TV chilena,
en la que el ex presidente dejó claramente establecido no solo el alcance del
juicio, sino algunos episodios históricos que sustentan y legitiman el reclamo de
Bolivia, en el mismo canal entrevistaron también al Sr. Insulza y al ex canciller
pinochetista
Hernán
Errázuriz.
En dicha entrevista del 29 de septiembre de 2015, ¿qué dijo el Sr. Insulza? Aquí sus principales declaraciones
(tomadas del video de la entrevista - aún colgado el 24/09/2018):
“Hay que tener mucha paciencia… nosotros tenemos que actuar de acuerdo con nuestra razón y nuestro derecho y si alguna vez tenemos que sentarnos en alguna mesa les diremos, mira lo lamentamos mucho pero el Tratado de 1904 no se mueve y si vuelven 10 años después o 100 años después se lo volveremos a decir…” (16’)
Como si semejantes desplante y desparpajo fueran poco, Insulza reitera y
precisa su argumento como para no dejar ninguna duda que a Chile le vale el
fallo que vaya a emitir La Haya, con las siguientes expresiones:
“Nosotros tenemos una decisión, tenemos una decisión clara: nosotros no
vamos a modificar el Tratado de 1904 y cualquier negociación que se haga es
sobre la base del respeto de ese tratado. Y eso no nos puede obligar
absolutamente nadie a hacerlo.”
(29’)
Pero como quiere estar seguro que todos han entendido su punto de vista,
señala:
“Todos sabemos que en el derecho internacional, salvo que te metas con una
potencia, no existe ninguna forma que te puedan obligar a cumplir una
determinada cosa”. (30’)
Y una cosita más: “Nuestra debilidad no está en el derecho, nuestra
debilidad está en la política” (27’)
Como se puede apreciar, al "Tanque" Insulza le vale un rábano
la demanda boliviana, el derecho internacional e incluso el mismo fallo de La
Haya. Chile ya tiene su postura, que es casualmente la posición planteada y
exhibida por el nuevo agente chileno.
Todo ello sale a relucir aún más nítidamente a la luz de sus últimas declaraciones del 8 de febrero de 2016 que se transcriben a continuación:
"Agenda de 13 puntos. En medio de la entrevista Insulsa dijo que “la famosa agenda de 13
puntos tiene un significado muy claro. Nosotros estamos dispuestos a escuchar
lo que Bolivia nos quiera plantear”. A lo que el periodista le pregunto si esto
incluye el tema de la salida soberana al mar.
La respuesta del diplomático fue: “Por supuesto, si uno va a conversar tiene
que escuchar lo que el otro va a decir. Cuestión distinta es lo que va a
contestar, pero nunca debe anunciar una respuesta hasta que no escuche, porque
sino, no es conversación”.
Complementó afirmando que Chile está dispuesto a discutir “13 y los puntos
que sean necesarios sobre todos los temas que Bolivia desee, pero no estamos
dispuestos a aceptar que esa discusión tenga un resultado previamente
establecido. O sea, me siento a conversar contigo para que hagas esto. No.
Converso contigo, te planteo los temas y nosotros veremos libremente que es lo
que hacemos”.
“Nosotros estamos dispuestos a una negociación con Bolivia, pero como lo
ha dicho nuestro Canciller ellos están ante la Corte, que salgan de la Corte y
vamos a conversar sobre lo que ellos quieran, incluido el punto que sea”,
agregó."
Como se puede observar, el Sr. Insulza reitera lo mencionado en la entrevista de septiembre pasado, aunque evita decir que Chile nos mantendrá en negociaciones por siglos y deja abierta la posibilidad de tratar los otros puntos de la Agenda de 13 puntos.
La pregunta obvia es, para qué retirarse de la Corte, dejando a medio
camino está demanda, para “conversar” con un país que hace gala de su desprecio
por la centenaria demanda de su vecino y el derecho internacional. La única forma
de empezar a construir confianza mutua, es que Chile de señales definitivas
sobre su voluntad y su disposición de conversar y de llegar a acuerdos.
Mientras Chile no actúe de este modo, Bolivia deberá seguir ante los estrados judiciales internacionales y continuar movilizando a la opinión pública mundial en pro de su
demanda.
Como puede apreciarse, la intransigencia chilena continúa impertérrita,
como si el mundo no hubiera ya empezado a tomar noticia de su historial de
invasiones y atropellos.
Flaco favor el que hace Insulza al buen entendimiento chileno-boliviano
y a la causa de la integración sudamericana. Prefiere que continuemos con
nuestra vecindad descalza, sin orientación, sin destino, sin enriquecimiento mutuo.
¡Qué orfandad de horizontes la que supura Chile por todos los costados!