"La construcción del Padrón Electoral es un proceso público
que no admite indicios sobre acarreo de gente". (1)
Salvador Romero, presidente @TSEBolivia
Carlos Rodrigo Zapata Cusicanqui (*)
Antecedentes
Podemos decir que la democracia boliviana está permanentemente sometida a un bombardeo, como si todos los esfuerzos que hizo el pueblo boliviano para recuperarla hacen ya más de 38 años, solo hubieran servido para entregar el país a roscas que no responden a la voluntad general.
Hace poco nomás, el 2019, se
realizó todo un "fraude
quirúrgico" que incluyó, entre varios otros factores, el registro y
traslado fraudulento de electores (el caso en Riberalta, Beni, es un ejemplo) (2),
hallazgo de miles de papeletas ya marcadas en favor del MAS, manipulación de
actas, uso de servidores ajenos para “supervisar” la marcha del cómputo
electoral, la interrupción del TREP cuando la tendencia empezó a “escaparse” de
control y la "actualización" del conteo un día después, aunque con
una tendencia distinta a la previamente registrada. La misión era ganar, no
abrumadoramente, de modo que la fechoría pueda pasar desapercibida. En tal
sentido, no hubo un “fraude monumental” como se estimó al principio, pero sí
uno quirúrgicamente preparado y aplicado, pero que el pueblo boliviano supo
poner en evidencia.
El
bombardeo contra la democracia en Bolivia sigue incansable, aunque las fuerzas
que la odian no se atreven a destruirla completamente, pues saben que es su
mayor tesoro, ya que de ese modo no tienen que quitarse las máscaras, ni tienen
que intentar tomar el poder por las armas.
Uno
de los centros vitales para minar los cimientos de la democracia por dentro y
ponerla a disposición de sus peores enemigos, está constituido por el Padrón
Electoral que hasta el presente ha sido objeto de múltiples dudas y
observaciones, pero que mediante diversas depuraciones habría quedado
completamente saneado y por tanto apto para servir de base de nuevos procesos
electorales, según el TSE. Gran noticia, gran consuelo, pero gran falacia.
Antes de enumerar las fallas estructurales del Padrón Electoral y el peligro que las mismas representan para la democracia, es oportuno señalar brevemente el lugar y la importancia del Padrón en la realización de procesos electorales. El Padrón tiene la misión de señalar quiénes tienen derecho a votar y dónde, ya que no sólo importa registrar qué personas tienen derecho a ser incluidas en el Padrón, sino también la edad y el lugar de residencia. Estos elementos son vitales para producir procesos electorales ordenados, coadyuvar en la distribución de los escaños por circunscripciones y evitar el doble voto, a fin de que, del modo más apropiado posible, la elección de los cargos ejecutivos y legislativos en los distintos niveles de gobierno refleje la voluntad mayoritaria. En la medida que el Padrón cumpla con dichos alcances, podríamos decir que cumple la función que se espera de él. Velar por la inviolabilidad del Padrón Electoral es una parte sustancial de la misión del TSE. Pero vamos al fondo del asunto.
El Padrón Electoral alienta el
acarreo de gente
Si tomamos al pie de la letra
la aseveración de Romero citada en el encabezado de esta nota, debemos decir
que es FALSA DE TODA FALSEDAD. El Padrón Electoral no sólo admite la
posibilidad de planear y ejecutar legalmente el acarreo de gente, sino que está
diseñado para facilitarlo, de tal modo que se ha convertido en el principal caballo
de Troya contra la democracia, a fin de poner la democracia al servicio de los
sectores más reacios a todo orden basado en leyes, por los siguientes hechos:
1) En
Bolivia no existe un registro oficial de lugar de residencia de sus ciudadanos.
Por tanto, tampoco existe una sanción por dar o usar una dirección inexistente
o desactualizada. En este marco, es indispensable señalar que en muchos países
existen dichos registros y leyes que regulan la actuación estatal. Por ejemplo,
en el caso de Alemania existe la Ley de Registro Federal (Bundesmeldegesetz, de
1.11.2015), por la cual los ciudadanos de ese país tienen el deber de registrar
su dirección.
2) Tampoco
existe en Bolivia la obligación de actualizar el registro en el Padrón
Electoral, ni de comprobar la dirección. El “empadronamiento permanente”
facilita la labor de cambiar de dirección en cualquier momento, sin la
obligación de respaldar la nueva dirección del domicilio. En el caso de
Alemania todo cambio de residencia debe comunicarse en dos semanas (otros
países dan un plazo mucho más breve) y los propietarios de las viviendas también
tienen la obligación de informar cualquier cambio de domicilio de los
ciudadanos. De este modo, el Padrón Electoral alemán está permanentemente
actualizado y respaldado, y presenta la distribución actualizada de la
población en el territorio, de tal modo que no existen ciudadanos sin un lugar
de residencia verificable, tampoco acarreos intempestivos, ni usos ilegales del
Padrón Electoral.
3) En
Bolivia, al momento de votar, no se usa el Padrón Electoral (las huellas
biométricas) para constatar la identidad del elector, por lo que los jurados de
mesa efectúan dicha identificación a “simple vista", la que puede ser
suficiente, siempre que exista la voluntad de identificar a cada ciudadano
correctamente.
Estos tres puntos nos están
mostrando que el Padrón Electoral puede ser descaradamente usado para incluir
en los procesos electorales a connacionales que no radican en la
circunscripción en que votan y ni siquiera en el territorio nacional, y que
todo lo que requieren hacer es cambiar su dirección en el Padrón Electoral en
el momento que lo requieran, sin necesidad que realmente se trasladen a vivir
donde señalan y sin que tengan que comprobarlo.
Dicho todo ello, puede advertirse que el Padrón Electoral se ha convertido en un territorio en disputa entre los residentes y la población electoral flotante. Ya sabemos que unos miles de votos pueden alterar profundamente los resultados, mucho más cuando en Bolivia tenemos un carnaval de circunscripciones electorales de todo tamaño. Esta es una de las tantas aberraciones electorales que contribuye a hacer de la democracia boliviana una democracia de muy baja intensidad, híbrida o casi líquida, como diría Bauman.
A ello debemos sumar el hecho que tanto la distribución de escaños por departamento como la delimitación de las circunscripciones uninominales han dado lugar a grandes distorsiones de la voluntad popular, producto de decisiones políticas altamente sesgadas que han conducido a una distribución antojadiza de escaños electorales, donde en unos casos se puede ganar un diputado con menos de 5.000 votos y en otros se requiere más de 70.000 para un diputado. Sobre este último particular se puede consultar aquí otros trabajos relacionados. (3)
Urgencia de prevención de
riesgos democráticos
Por lo que venimos observando,
no ponemos en duda el cumplimiento de las leyes por parte del TSE actual. Ese no
es el problema, sino la forma en que actúa y las aplica. Según mi apreciación,
su manera de hacerlo es:
§ Timorata,
deja pasar diversas violaciones electorales;
§ No
hace una labor de prevención de riesgos: no advierte al electorado de los
peligros que se ciernen sobre la democracia, debido a que el Padrón Electoral se
ha convertido en un peligro por la falta de instrumentos de soporte que le
brinden mucha más consistencia y lo conviertan en un instrumento confiable, no
apto ni presto para manipulaciones, ni para organizar una diversidad de formas
de distorsionar y conculcar la voluntad popular;
§ No
propone una reforma judicial que fortalezca el Padrón, le asigne su lugar y
disponga que sea usado en el momento de emitir los votos: Se ha observado una
suerte de flojera institucional, de incomprensión sobre la necesidad de fortalecer
sus bases y cimientos. El Padrón Electoral pierde su capacidad de organizar
procesos electorales si no puede controlar el lugar de residencia y se
constituye en un instrumento cómplice, al servicio de los sectores que buscan
apoderarse de la conducción del país, sin respetar la voluntad popular ni el
Estado de derecho.
Por todo ello, es crucial
reformar los marcos y condiciones que acompañan al Padrón Electoral y le dan su
peso y consistencia. Con urgencia, se requiere:
§ Promulgar
una Ley de Registro Nacional
§ Efectuar
una reinscripción general en el Padrón Electoral
§ Certificar
el lugar de residencia, bajo sanción
§ Actualizar
el Padrón Electoral periódicamente y de modo general
§ Asegurar
que coincida la dirección incluida en el Padrón y el Documento de Identidad
§ Usar
el Padrón Electoral (la identificación biométrica) en las elecciones. En la era
de la digitalización y la encriptación, no existe argumento alguno que lo
impida.
Es hora de regular la obligación de certificar el lugar de
residencia, de verificarlo y actualizarlo constantemente. Y de dejar de
contarnos cuentos chinos sobre la "inviolabilidad" o la perfección
del Padrón Electoral. Es tiempo de asegurarnos que el Padrón juegue en el
equipo de la democracia y no en los equipos contrarios.
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NOTAS.-
1) https://www.hoybolivia.com/Noticia.php?IdNoticia=301675;
https://sharebolivia.com/22-aprehendidos-por-registro-ilegal-en-domicilio-de-un-alcalde-del-mas/
3) https://yapukamani.blogspot.com/2020/08/sesgo-electoral-el-mayor-peligro-para.html;
https://www.paginasiete.bo/ideas/2020/10/4/el-mayor-peligro-para-la-democracia-270062.html
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*) Economista. Autor de la
idea de “democracia oligárquica y autocrática” para el caso de Bolivia.