Carlos Rodrigo Zapata C.
A cuatro meses de la contienda electoral más polarizada de la historia de nuestro país, por hallarse contaminada por la habilitación inconstitucional del binomio oficialista, se puede advertir que existe un tenebroso desconocimiento de la regla del 40/10 que muy probablemente sea la regla que dirima esta contienda.
A cuatro meses de la contienda electoral más polarizada de la historia de nuestro país, por hallarse contaminada por la habilitación inconstitucional del binomio oficialista, se puede advertir que existe un tenebroso desconocimiento de la regla del 40/10 que muy probablemente sea la regla que dirima esta contienda.
El artículo 52 de la LEY Nº 026 de 30 de junio de 2010 (LEY DEL RÉGIMEN ELECTORAL) que norma la FORMA DE ELECCIÓN y los porcentajes de votos requeridos para ganar las elecciones, establece dos reglas alternativas para poder vencer en estos comicios electorales.
Dicho artículo estipula lo siguiente:
Artículo 52. (FORMA DE ELECCIÓN).
I. La elección de la Presidenta o
Presidente y Vicepresidenta o Vicepresidente se efectuará en circunscripción
nacional única, mediante sufragio universal, de las listas de candidatas y
candidatos presentadas por las organizaciones políticas de alcance nacional con
personalidad jurídica vigente.
II. Se proclamarán Presidenta o Presidente
y Vicepresidenta o Vicepresidente a quienes hayan obtenido:
a) Más del cincuenta por ciento (50%) de
los votos válidos emitidos; o
b) Un mínimo del cuarenta por ciento (40%)
de los votos válidos emitidos, con una diferencia de al menos el diez por
ciento (10%) en relación a la segunda candidatura más votada.
Esto significa que en caso
que ninguna candidatura supere el 50% de los votos válidos
emitidos, deberá examinarse si se cumplen las condiciones para aplicar la
segunda regla.
En este punto llama profundamente la atención que el legislador haya dispuesto una reducción mayor a 10 puntos porcentuales (es decir, pasar de “más del cincuenta por ciento (50%) de los votos válidos emitidos” a “un mínimo del cuarenta por ciento (40%) de los votos válidos emitidos”) para alzarse con la victoria, siempre que la segunda candidatura más votada se halle a su vez a 10% o más de los votos que logre la primera.
En este punto llama profundamente la atención que el legislador haya dispuesto una reducción mayor a 10 puntos porcentuales (es decir, pasar de “más del cincuenta por ciento (50%) de los votos válidos emitidos” a “un mínimo del cuarenta por ciento (40%) de los votos válidos emitidos”) para alzarse con la victoria, siempre que la segunda candidatura más votada se halle a su vez a 10% o más de los votos que logre la primera.
Veamos en un ejemplo numérico esta norma. Si asumimos que el 100% de los
votos válidos es 1.000.000 de votos, tendríamos que concluir que 40% es 400.000
votos y que “una diferencia de al menos el diez por ciento (10%) en relación a
la segunda candidatura más votada”, significan 40.000 votos o más de diferencia, por lo que la
segunda candidatura tendría que tener 360.000 votos o menos.
Sin duda que es una reducción muy pronunciada en la proporción de votos requeridos para ganar y a su vez una diferencia muy reducida con relación a la segunda candidatura. Podría decirse que es una regla que, de aplicarse, tiende a debilitar significativamente la democracia, ya que empobrece el apoyo requerido para gobernar.
A su vez, es una forma bastante crasa de evitar consultar al electorado su opinión sobre su eventual apoyo a una u otra candidatura en caso de tener la oportunidad.
Sin duda que es una reducción muy pronunciada en la proporción de votos requeridos para ganar y a su vez una diferencia muy reducida con relación a la segunda candidatura. Podría decirse que es una regla que, de aplicarse, tiende a debilitar significativamente la democracia, ya que empobrece el apoyo requerido para gobernar.
A su vez, es una forma bastante crasa de evitar consultar al electorado su opinión sobre su eventual apoyo a una u otra candidatura en caso de tener la oportunidad.
Con esta la regla del 40/10 se desvanece notablemente la posibilidad de
una segunda vuelta, ya que la posibilidad de resolver la contienda electoral en
primera vuelta crece significativamente, aún sin tener la mayoría absoluta.
Es una regla diseñada para que la candidatura que encabece la votación y no supere el 50% de los votos, pueda deshacerse de todos sus contendientes de forma rápida, temprana y barata. Eso significa impedir que la segunda mayoría tenga alguna oportunidad de cambiar el curso de la historia gracias a eventuales alianzas que pueda establecer en las urnas con los seguidores de las fuerzas vencidas en la primera vuelta.
Es una regla diseñada para que la candidatura que encabece la votación y no supere el 50% de los votos, pueda deshacerse de todos sus contendientes de forma rápida, temprana y barata. Eso significa impedir que la segunda mayoría tenga alguna oportunidad de cambiar el curso de la historia gracias a eventuales alianzas que pueda establecer en las urnas con los seguidores de las fuerzas vencidas en la primera vuelta.
Es una democracia que busca autoabastecerse con unos niveles muy reducidos de consenso, lo cual debilita profundamente su sentido y significación. Ya no es el voto del pueblo, sino el control del Estado lo esencial y fundamental.
En el caso de las elecciones de 2019 la regla del 40/10 vale un bastón de mando, ya que
todo indica que ningún candidato logrará la mayoría absoluta, mientras que
existen dos candidatos –el oficialista y el de CC- que pueden aproximarse al 40%, aunque
uno de ellos, en este caso, Mesa de CC, debe luchar adicionalmente contra una
multitud de partidos de oposición que se han presentado y que fácilmente
podrían restarle no menos de 15% de los votos. Ese hándicap es demasiado grande
como para, además, quedar a menos del 10% de la candidatura con mayor votación.
En síntesis, la falta de unidad de la oposición y la eventual aplicación de esta regla, junto con una gran gama de otros factores, permiten anticipar a ojos vista, una gran debacle de la oposición. La derrota está servida y a 4 meses de la fecha de las elecciones es posible vislumbrar este resultado.
En síntesis, la falta de unidad de la oposición y la eventual aplicación de esta regla, junto con una gran gama de otros factores, permiten anticipar a ojos vista, una gran debacle de la oposición. La derrota está servida y a 4 meses de la fecha de las elecciones es posible vislumbrar este resultado.
A todo ello se suma otro factor extremadamente peliagudo al que la
oposición no le está prestando atención. El electorado no conoce la regla del 40/10
y por tanto no sabe que es altamente probable que las elecciones se resuelvan
en primera vuelta, como acabamos de explicar.
Por ello y debido a la gran cantidad de candidaturas de la oposición, no votar por Mesa será votar por Evo. De ahí que si lo que se pretende es impedir que el usurpador de la democracia, el estado de derecho y el futuro de todos los bolivianos vuelva a ganar en elecciones, es indispensable que todo el electorado apoye la candidatura de Mesa de CC en primera vuelta.
Si la dirigencia de CC no tiene las luces suficientes para entender que todo indica que la contienda electoral se resolverá en primera vuelta, es probable que tampoco hará los esfuerzos indispensables para construir la UNIDAD INTEGRAL que se requiere a gritos para hacer frente al desmoronamiento nacional y, por tanto, tampoco alertará al electorado sobre el comportamiento electoral que se requiere a tiempo.
Esta será sin duda la prueba más fehaciente que no está a la altura del desafío que la patria y la sociedad les ha trasladado.
Dios quiera guardar a Bolivia.
Por ello y debido a la gran cantidad de candidaturas de la oposición, no votar por Mesa será votar por Evo. De ahí que si lo que se pretende es impedir que el usurpador de la democracia, el estado de derecho y el futuro de todos los bolivianos vuelva a ganar en elecciones, es indispensable que todo el electorado apoye la candidatura de Mesa de CC en primera vuelta.
Si la dirigencia de CC no tiene las luces suficientes para entender que todo indica que la contienda electoral se resolverá en primera vuelta, es probable que tampoco hará los esfuerzos indispensables para construir la UNIDAD INTEGRAL que se requiere a gritos para hacer frente al desmoronamiento nacional y, por tanto, tampoco alertará al electorado sobre el comportamiento electoral que se requiere a tiempo.
Esta será sin duda la prueba más fehaciente que no está a la altura del desafío que la patria y la sociedad les ha trasladado.
Dios quiera guardar a Bolivia.
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VER AQUÍ:
LA LÓGICA DE LAS ELECCIONES 2019.
UNIDAD O CONTINUISMO
http://yapukamani.blogspot.com/2019/06/unidad-o-continuismo-la-logica-de-las.html
Los escenarios en confrontación:
- escenario oficialista >> Los usurpadores de la democracia
- escenario oligárquico >> Óscar Ortiz y los diversos sectores oligárquicos
- escenario transformador >> Carlos Mesa y los demás partidos de la oposición
¡¡TODOS LOS FACTORES QUE DEBE MANEJAR LA OPOSICIÓN PARA ENFRENTAR LA MAQUINARIA DE PERPETUACIÓN DEL MASISMO!!
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