Carlos Rodrigo Zapata C.
Lo curioso de nuestras latitudes es que la posibilidad de anticipar lo 
que acontecerá en nuestro medio en muchos casos es una tarea 
relativamente sencilla, ya que convivimos con esquemas tan viejos y 
estructuras tan calcificadas y anquilosadas que las conocemos del 
derecho y el revés, por lo que resulta muy difícil imaginarse alguna 
sorpresa distinta. No solo eso, sino el hecho que los países 
latinoamericanos siguen esquemas tan parecidos, nos muestra que lo que 
le sucede a uno ya es una anticipación de lo que les tocará a los demás,
 con algunas diferencias de tiempo.
 A fines del año pasado cuando
 Rafael Correa oficializó que ya no postularía a la presidencia del 
Ecuador, lanzamos un vaticinio muy concreto sobre las posibles razones 
de su retiro. Sostuvimos que huye por la falta de discurso, porque se 
acabó el maná, por la crisis económica en marcha, y procuramos 
sustentarlo del modo más preciso posible. En el link adjunto se puede 
ver nuestro punto de vista [ http://yapukamani.blogspot.com/…/aprendiendo-con-correa-com… ]
 El nuevo presidente ecuatoriano, Lenin Moreno, acaba de formular 
algunas declaraciones que nos dan un panorama de la situación económica 
que encontró. He aquí algunas de esas declaraciones:
 -   Moreno considera que "se podía haber sido un poquito más mesurado 
en dejar cuentas en mejores condiciones" al referirse al manejo 
económico del gobierno anterior.
 -   "Una cosa es lo que se dice y otra es lo que está".
 El analista económico, Jorge Carrera, del Observatorio de la Política 
Fiscal, dijo a The Associated Press que el país registra un déficit 
fiscal “elevado” de “8% del producto interno (poco más de 8.000 millones
 de dólares), una deuda pública que supera el 50 % del PIB, un servicio a
 la deuda cada vez más elevado, una economía casi estancada, una 
inversión extranjera prácticamente inexistente e ingresos petroleros (el
 principal producto de exportación) casi en cero”, explicó el analista. 
Asimismo, expresó que ante este panorama “inevitablemente se requieren 
reformas estructurales, un plan económico y fiscal de cuatro años que 
promueva el equilibrio de cuentas públicas, reducción del endeudamiento y
 un programa económico que dé confianza, credibilidad para que crezca la
 economía, reducir el gasto público y eliminar leyes que desestimulan la
 inversión”. [ ver: http://www.eluniverso.com/…/lenin-moreno-reconoce-que-situa… ]
Es decir, sin cambios profundos en el modo de encarar nuestras problemáticas nacionales y regional no es posible cambiar el curso ineluctable de la historia que se alimenta y recrea a diario de esas viejas estructuras. El extractivismo se ha apoderado de la columna vertebral de la región, nos ha carcomido el tuétano, al punto que toda la colección de estructuras menores, mentalidades y reacciones bailan al compás extractivista.
 Es notable que hasta el presente, salvo 
casos que ni llegan a la categoría de excepciones  (pienso en el caso de
 los fondos generados por el cobre en Chile que en parte son destinados a
 un fondo de estabilización), la región no se haya planteado seriamente 
la posibilidad de destinar una buena parte de los fondos del 
extractivismo exclusivamente para inversiones sociales y estructurales, 
que apunten al cambio de la matriz productiva, cuando menos a 
flexibilizar la vigente, a diversificarla, y a construir sostenibilidad 
en nuestro aparato productivo.
 Es llamativo que los ejemplos de 
Holanda, los países escandinavos, Australia, Nueva Zelanda, todos ricos 
en hidrocarburos y la mayoría también en materias primas, que crearon 
importantes fondos provenientes de esas fuentes y que se constituyeron 
en la piedra angular de su crecimiento y desarrollo diversificado, no 
hayan sido tomados en cuenta en la región, no hayan sido objeto de 
estudio y atención profunda. Así se libró Holanda de la “enfermedad 
holandesa”, así los escandinavos desarrollaron el estado social más 
avanzado y así Australia se acercó a los países más desarrollados del 
mundo. 
 ¿Cuál puede ser la razón de ello? Que el extractivismo 
permeo todas nuestras estructuras y estilos de vida, al punto que no 
estamos dispuestos a dejar de disponer esos recursos como mejor se nos 
antoja y que solo nos llevan a reproducir las mismas estructuras de 
pobreza y opulencia, de despilfarro y desorden, de mala formación y 
escasez de tecnologías. Es decir, estamos en un equilibrio 
históricamente estancado, donde solo logramos reproducir lo mismo de 
siempre, sin aventurarnos por otros senderos. Nadie nunca se ha liberado
 de nada repitiendo siempre lo mismo que lo sojuzga y somete.
 
Suma sumarum. Lamento mucho que Correa, sin duda uno de los presidentes 
más capaces que han pasado por esas altas esferas, haya preferido poner 
los pies en polvorosa del modo que ha ocurrido. Apenas horas después que
 Correa se despidió de su país para emprender viaje a Europa donde 
residirá en adelante, como si se tratara de un viaje a otra galaxia, de 
donde retornar fuera muy difícil, se suscitaron las declaraciones ya 
citadas del presidente Moreno. Mostrar la nueva realidad económica del 
país estaba por lo visto en primer lugar de la agenda presidencial. No 
solo eso, sino proclamar estentóreamente que ahora “se respira libertad y
 eso es maravilloso y de a poco toda la gente va a ir dejando su 
comportamiento ovejuno…”. Eso muestra que solemos insumirnos tanto en el
 extractivismo hasta quedar sin voz.
 Por lo visto muchos de los 
sueños que alguna vez se planteó el ex presidente Correa ya no podrán 
ser realidad. Me recuerda a esa maravillosa oda a la fantasía 
desbordante de sueños y quimeras retratada en "La Lechera", cuando ella 
se ve en la necesidad inevitable de despedirse de todos sus sueños. En 
este caso sonaría algo así como: adiós Yasuní, adiós ciudad Yachay, 
adiós sucesión de Chávez…
Volvimos a la misma realidad de siempre
 en el caso del Ecuador, y ello como anticipo de lo que acontecerá 
también en nuestro país y en los demás países latinoamericanos. Como 
decíamos, solo es cuestión de tiempo.

